El cielo rojo, una luna llena desdibujada, árboles sin hojas en un primer plano y otros frondosos al fondo de una calle solitaria, con una pareja en medio de ese entorno urbano. Son los elementos de la portada de “Ayer sin remitente”, la primera obra del juarense Christian Durán, la cual será presentada mañana sábado en el Technology Hub.
Nacido hace 23 años en Ciudad Juárez y actualmente radicado en Monterrey, donde estudia la carrera de Literatura, Christian es un joven que desde los 14 años sintió la pasión por la literatura y después de un largo camino, presenta su primera obra, compuesta por siete cuentos de terror.
Asegura que su acercamiento a los libros se dio por mera curiosidad. Más allá de los textos que tenía que leer por cuestiones escolares, empezó a descubrir obras literarias de gran valor que le hicieron pensar que era la literatura a lo que quería dedicarse toda su vida.

“It”, una de las obras de Stephen King, fue el primer libro que leyó. Hoy, analiza ese momento y explica que es una novela muy densa y difícil de entender, pero le atrapó la historia y la forma como estaba plasmada con un estilo oscuro. Aunque le gustaba ver cine de terror, el encontrarse con este género literario le impactó bastante.
De esa obra, explica, había visto parte de la miniserie original, pero sus papás no le permitieron que la viera completa, ya que no era apta para un niño de su edad. Sin embargo, cuando leyó la obra, recuerda, entendió la trama. Después vio la miniserie completa y también las nuevas versiones, pero estas últimas ya no fueron de su agrado.
“Al final, sí fue una decisión difícil porque las letras son una carrera muy turbulenta, porque no sabes si funciona o no funciona, pero quería tomar el riesgo y parte de eso son estos proyectos como los que están en el libro. Fue todo muy espontáneo”, relata Christian.
Entonces, la literatura dejó de ser un hobby y se convirtió en una pasión. De leer por pasatiempo, empezó a hacer sus primeros escritos enmarcados en ese género que hoy, asegura, lo tiene en el camino de encontrar un estilo propio, de hallar esa voz que lo diferencie de los demás autores.
Fue en la universidad donde tuvo acercamiento con personas que se dedicaban a las artes: escritores que ya estaban en vías de publicar sus libros, guionistas de cine en potencia, profesores que le apoyaron y motivaron a seguir sus corazonadas.
“Ahora, en la carrera, hay muchos profesores y alumnos de mi edad que ya están en la misma industria y ya no se siente tan solitario el tema de estar haciendo algo que se siente arriesgado, porque ya ves más gente que lo está haciendo y a profesores que sí tienen trabajo, porque también nos venden eso de que no hay”, comenta el joven autor.
Su papá, Martín, es contador egresado de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez; su mamá, Érika, es administradora de empresas también de la UACJ. Y aunque sus carreras no tienen nada que ver con la literatura, siempre apoyaron las inquietudes musicales y literarias de su único hijo.
Aunque “Ayer sin remitente” es la primera obra publicada, su primer texto fue una novela policiaca, después vino “El misterio de San Blastodia”, novela de más de 400 páginas que se desarrolla en San Blastodia, un pueblo ficticio inspirado en aquellos viajes que desde niño hizo con sus padres a Ahumada.
“Recuerdo que me la pasé muy bien cuando la hice, pero cuando volví a ella años después, vi que tenía muchas carencias. Después de mucho tiempo de práctica, en este libro noto ya un gran avance, en comparación con lo primero que escribí, porque había muchas cosas que no me dejaban totalmente satisfecho”, confiesa respecto a su publicación.

Cuando llegó a la carrera, tenía en mente la publicación de esa novela, pero cuando lo planteó a sus maestros y compañeros, comenta que todos le decían cosas parecidas: es más fácil debutar con un libro de cuentos, porque es más accesible para el lector, porque es más fácil leer un cuento de 20 o 30 páginas. Por eso, le recomendaron guardar la novela para otro momento, cuando ya su nombre sea más conocido.
“Al escuchar esos consejos, decidí guardar la novela y empecé a hacer cuentos más en forma, historias que en verdad me gustaran mucho para incluirlas en un libro. Empecé a plasmar las historias que tenía en mi cabeza. Salieron unos 30 o 40, pero al final quedaron estos siete, porque sé que hacen sentido juntos y hablan de temas muy parecidos”, destaca.
Comenta que tal vez muchos de los cuentos que dejó fuera de esta primera obra, valen la pena más de lo que piensa, pero no están descartados, simplemente se guardaron por un tiempo y en un mejor momento verán la luz.
La selección fue decisión suya, pero basada en los comentarios que escuchaba de uno de sus profesores de la carrera, una estudiante de últimos semestres y de su amigo Jesús Franco, a quien incluyó en sus dedicatorias de “Ayer sin remitente”.
“Todos necesitamos a alguien que nos recuerde que nuestro trabajo merece salir al mundo. Sin tus consejos y tu ayuda, esta obra no habría sido lo mismo, gracias por mantenerla a flote”, plasmó en esa dedicatoria, en la que también expresó agradecimiento a sus padres, amigos y pareja.
Los siete cuentos que integran esta obra son “Correspondencia extraviada”, “Las Lunas”, “Lo que hay debajo de nosotros”, “Ayer sin remitente” (el más extenso), “El hombre alto”, “La máscara en el limbo” y “Las penitencias: San Blastodia”.
Aunque inicialmente pensó que había poco de él en estos siete cuentos, al leerlos descubrió que sí tienen mucho de Christian, pues en ellos se encuentran experiencias que le provocaron emociones al autor, pero que pertenecían a sus personajes.
“Ayer sin remitente” se presentará mañana sábado en Ciudad Juárez, a las 19:00 horas, en el salón Tesla del Technology Hub, con entrada libre. Previamente, su lanzamiento tuvo lugar en una librería de Monterrey, donde tuvo buena recepción. La obra se encuentra disponible en Amazon.
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