Cuentan las madres de hijas víctimas de desaparición, que cuando se conmemora una fecha importante, no es casualidad que haya fuertes vientos.
Son sus hijas, que siguen presentes, quienes arrecian los vientos, en exigencia de justicia y como un llamado a que no las olviden, que aún no les ha llegado la justicia.
Este 9 de diciembre es una de esas fechas, la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos. El Gobierno Municipal ha coordinado en conjunto con autoridades estatales y federales, un evento para esta fecha, en uno de los lugares más simbólicos de esta frontera: el Campo Algodonero.
En punto de las 10 de la mañana, comenzó el desfile de funcionarios, quienes tomaron el micrófono y afirmaron y reafirmaron cuánto les importan los derechos humanos.
Como Raquel Bravo, titular del Instituto Chihuahuense de las Mujeres, que en representación de la gobernadora, aseguró que el Gobierno de Chihuahua trabajará para que historias como la de este campo, no se repitan nunca más en la historia.
Sin embargo, el viento era tan fuerte, que hacía que batallara para dar fin a su discurso.
El alcalde de Juárez, Cruz Pérez Cuellar, reconoció la historia de violencia que ha existido en la sociedad y se comprometió a trabajar en ir erradicando el problema.
Sin embargo, el viento se intensificó de tal forma, que tuvo que sujetar con ambas manos, la carpeta en la que llevaba su discurso.
Citlali Hernández, representante del Gobierno Federal y próxima encargada del Instituto de las Mujeres, resaltó la lucha de las madres de víctimas, que han peleado contra viento y marea para buscar justicia por sus hijas.
Desde el instituto que está próximo a ser creado, señaló que se enfocará en “profundizar más allá de lo simbólico”. No solo concientizar a la población sobre la importancia de erradicar la violencia, sino también de que se entienda la gravedad y que hombres y mujeres puedan vivir en un espacio de paz.
Cuando se pensaba que era el turno de que hablaran las madres, la encargada del micrófono hizo una invitación a los funcionarios para la “foto oficial“, quienes se pararon en un templete y sonrieron para las cámaras.
Para algunos de los funcionarios, que minutos antes se habían mostrado tan comprometidos por combatir la violencia contra las mujeres, ya no había tiempo disponible en la agenda y sin más, se despidieron del evento.
La política y activista feminista de República Dominicana, Minou Tavares Mirabal, fue enfática en asegurar que desde hace décadas, se vive una guerra sistemática en contra de las mujeres.
Que es necesario que haya más acciones y que no se desiste en la lucha por una mejor vida para todas. A la distancia, reconoció la lucha de las madres que estuvieron ahí y que al igual que ella, se han enfrentado a un régimen que al que pareciera no importarle su dolor.
En un breve espacio para preguntas, las madres aprovecharon para ponerse de pie y gritar a todo pulmón “¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!”.
Se les quiso salir el alma por la garganta, en sus ojos se reflejó el dolor e hizo que comenzaran a salir las lágrimas. Su reclamo duró unos minutos, para finalmente terminar en un aplauso de los asistentes.
El acto protocolario finalizó, pero a las principales víctimas de la violencia de esta ciudad, solo les dieron unos breves instantes para manifestar su dolor y su lucha para que las personas tengan acceso pleno a sus derechos humanos.
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