La Dirección General de Protección Civil dio a conocer este jueves la jubilación del capitán 1ro. Felipe Manuel Caldera Rivera, quien este día concluyó una trayectoria de 21 años de servicio dentro del Departamento de Rescate como paramédico.
Durante más de dos décadas, el capitán Caldera Rivera entregó su vida profesional a la protección de la comunidad juarense, destacándose por su valentía, disciplina y vocación de servicio.
Su labor en emergencias de rescate y en la atención prehospitalaria deja un legado de compromiso y humanismo, se destacó a través de un comunicado de prensa.
La institución destacó que cada emergencia atendida, cada vida auxiliada y cada enseñanza compartida son testimonio de la entrega del rescatista, quien marcó una huella significativa en la historia de la corporación.
“El uniforme se retira, pero el espíritu de servicio de un rescatista nunca se jubila”, expresó la dependencia al reconocer su labor.
Protección Civil agradeció al capitán Felipe Manuel Caldera Rivera por sus 21 años de entrega, valentía y amor a esta noble labor.
Entrevistado hace un par de meses por Norte Digital, Caldera Rivera recordó los hechos de aquel 15 de julio de 2010, cuando un coche bomba acabó con la vida de varias personas y dejó a otras lesionadas, entre ellas él, cuando acudió a brindar auxilio a un supuesto agente herido.
“Son 15 años ya. Estábamos cubriendo un turno y al hacer el cambio de turno nos dirigimos a la estación donde se hacen labores administrativas, y en el camino nos topamos con que nos abordaron para llevar apoyo al cruce de Bolivia y 16 de Septiembre. Al llegar atendimos una emergencia y mientras lo hacíamos, se da un estallido y resultamos lesionados… poco después fuimos atendidos por otros compañeros y transportados a recibir atención médica”, recuerda.
En la memoria de los juarenses, este fatal atentado será recordado como como el primer acto narcoterrorista de la historia reciente, aunque las autoridades de aquellos días se negaron a clasificarlo como tal.
“Tuve lesiones en columna, tuve lesiones en los oídos, dislocación en la mandíbula. Estuve en terapias, estuve en cirugía, y hoy ya estamos laborando. Por cuestiones de cirugías y demás, fue un año y dos meses de incapacidad, y en terapia y lo demás alrededor de dos años lo que tardé en volver a tener un nivel aceptable en las audiometrías y la mejora en las lesiones que tuve”, recordó el paramédico.
La tarde del 15 de julio de 2010, lo que suponía sería la atención de un supuesto herido en el cruce de la calle Bolivia y avenida 16 de Septiembre, se convirtió en una noticia que le dio la vuelta al mundo, al presentarse el estallido de un coche bomba y una segunda explosión que mataría a tres personas y dejaría lesionadas a otras 13, principalmente agentes federales y paramédicos.
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