Ese año 1947 dio su primera función el cine Plaza, entró en operaciones bomberos en el Parque Borunda y se levantó un imponente edificio del estilo neoclásico: Correos de Juárez, que ahora se cae a pedazos, en espera de su rescate para convertirse en biblioteca regional.
Los maravillosos Cuarenta
Para el asombro de los juarenses, el 19 de marzo de 1947, la empresa Cines Alcázar corrió el telón por primera vez para lucir su gigantesca pantalla de su nuevo cine Plaza, con un aforo para tres mil 500 personas, con una inversión de cuatro millones de pesos, así lo anunció el periódico El Fronterizo.
La ola en la moda conocida como “neoclásica” arrasaba y por Ciudad Juárez entró por la arquitectura en ese año ´47 de muchos frutos: se construyó la Presidencia Municipal (ahora escuela de artes), Salubridad en centro de la ciudad, la estación de bomberos en el Borunda y Correos, en las calles Lerdo e Ignacio de la Peña, todos con el mismo concepto.
“No me daba abasto llevando y trayendo turistas, gringos, alemanes, canadienses y japoneses, quienes iban a los toros, al box, a la lucha libre, claro y a los bares del centro de Juárez, en los que había los mejores barman en el mundo, más que los de las Las Vegas”, recuerda Pancho Lozano.
Lozano, de 90 años, fue pionero de las agencias turísticas en la ciudad, cuya oficina de su propiedad estaba en el mercado Juárez, recién estrenado en septiembre de 1946, ubicado frente al hotel San Antonio, en la avenida 16 de Septiembre a metros de la Constitución.
Lo más “nice”, el neoclásico
El Servicio Postal Mexicano, conocido como Correos, cuenta en su parte frontal una puerta de madera labrada, un palco central coronado por el sello del águila, delimitada por columnas rectangulares y un dintel de cantera con adornos con motivos florales, levantado entre lotes baldíos.
“Los turistas lo primero que hacían era ir a Correos a enviar cartas para avisar que habían llegado salvos, aunque había servicio telefónico la costumbre era cartearse para todo, en un servicio de lujo, entre los tres mejores de la Frontera Norte”, señala Lozano.
Considerado estratégico y con estatus de seguridad nacional recibía cartas de hombres negocios de muchos países, buenas noticias del sur para los braceros avecindados aquí, declaraciones de amor, con letra ejercitada en la caligrafía en las escuelas.
En su descascara piel y sus interiores con huellas de una vieja gloria post e-mail, Correos tiene en su segundo piso una armazón de madera fina en sus oficinas, un tanto maltratada, con ventas amplias con su debida plaquita de funciones: Filatelia, Administrador…
En planta baja, un amplio salón con bancos de concreto sobre una loza oscura en la que se practica el ritual de preparación de una carta, la pega de timbres, su remitente y su destinataria, mientras que en los rincones sobreviven los apartados postales.
La reinvención
En un recorrido del gobernador Javier Corral por el edificio, dio a conocer que esperan que el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) traspase el inmueble a Gobierno del estado, para iniciar el proyecto de la biblioteca.
La biblioteca con estatus de regional, será con materiales que abarquen a personas de todas las edades, contará varias salas de lectura, una terraza-café y áreas para talleres de actividades que girarán en torno a los libros.
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