Ciudad Juárez ha sido una tierra de grandes tragedias, donde cada cierto tiempo suceden acontecimientos sociales que causan heridas profundas en la psique de la población, mencionó la directora del Centro Familiar para la Integración y Crecimiento (CFIC), Silvia Aguirre.
Hizo el recuento de hechos como la guerra contra el narcotráfico, las muertas de Juárez y otros tantos capítulos que han llenado las calles de sangre y las mentes de angustia para los habitantes de esta “resiliente frontera”.
Sin embargo, el caso del crematorio Plenitud es único en prácticamente todo el mundo, apenas y hay registros de que se haya suscitado alguna situación similar en la que, un negocio plenamente establecido, hubiera ocultado de manera tan cruel los cuerpos de tantas personas en condiciones inhumanas.
De acuerdo con la Fundación para la Reconciliación Colombia, este tipo de tragedias generan en la sociedad “tres heridas principales” generadas por la violencia: la que afecta en la seguridad personal, la relación con los demás y el sentido de la vida.
Ante la necesidad de brindar a los afectados de esta tragedia, un espacio en el que puedan recibir una atención especializada, es que se decidió la creación de la Red de atención psicológica para víctimas del crematorio, que es la unión de diversas instituciones encargadas en atender la salud mental en la ciudad.
Aguirre confesó que para ellas, este es un reto titánico para el que no solo han capacitado a más de 34 especialistas en la atención de diversos tipos de duelo, sino que también contarán con personal experimentado en la atención a familiares de tragedias que han marcado gran impacto en todo México, como la Guardería ABC y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La atención a un duelo que jamás se ha visto
Claudia Bueno, integrante del Centro de Transformación Humana (Cethu), señaló que el principal enfoque de atención de los integrantes de la Red será por medio de la tanatología, que es una disciplina encargada en atender las pérdidas.
En este caso, enfatizó que la mayoría de las víctimas sufren un “duelo doble”, ya que no solo es perder al familiar, sino que sus restos, que se suponía que deberían de haber sido cremados, terminaron en avanzado estado de descomposición.
Lo anterior, mencionó, puede causar enojo y distintas emociones que afectan el proceso del duelo de manera adecuada, ya que se queda la angustia de imaginarse todo lo que pudo haber sufrido el cuerpo del ser querido al interior de las instalaciones del crematorio.
Si bien es cierto que los terapeutas que atiendan esta situación no tendrán algún antecedente que les pueda ayudar a encontrar la manera adecuada de tratar a las víctimas, Bueno aseveró que la disciplina de la tanatología es tan amplia que pese a la inexperiencia, es posible proveer las herramientas para que las personas puedan completar su proceso de sanación.
“La tanatología habla de pérdida, es una filosofía muy amplia, y sí, no tenemos precedentes. Sin embargo, la mente humana sigue siendo la misma ante cualquier situación que se presente, y nuestros psicoterapeutas tienen las herramientas para hacer este tipo de acompañamiento específico para cada persona”, comentó.
Queremos que la situación se supere
La directora de Servicios de Salud Mental en la Zona Norte, Mariana Salcido, puntualizó en que cuentan con el personal necesario y suficiente para atender a todas aquellas víctimas del crematorio que requieran atención psicológica; destacó que, en promedio, cada terapeuta suele atender mensualmente a aproximadamente 80 personas.
Por lo anterior, indicó que la plantilla de 34 especialistas, así como 8 acompañantes espirituales, podrían cubrir de manera adecuada la potencial demanda de atención psicológica para la población.
Incluso, señaló que están en la posibilidad de atender a aquellas personas que, aunque no sean víctimas directamente del crematorio Plenitud, también hayan sido defraudados por alguna funeraria local y que no tengan la certeza de que las cenizas de sus seres queridos realmente son las que tienen con ellos.
Enfatizó que en la ciudad, hay un gran problema para la atención mental y es que los juarenses tienen un estigma considerable y son reacios a recibir este tipo de ayuda.
Si bien destacó que hay centros de salud, principalmente al suroriente, en los que no suelen tener espacios disponibles, la realidad es que si hay un déficit entre la población que tiene problemas de salud mental y la que realmente.
Explicó que, en parte, se debe a que hay personas que, en sus entornos, cuentan con las herramientas necesarias para poder soportar la carga emocional que les genera una perdida, por lo que no necesariamente tendrían que recurrir a una terapia psicológica.
La especialista aseguró que las terapias se priorizarán para aquellas víctimas que, por su historia personal, necesiten de una mayor contención psicológica.
Es por ello que mencionó que, aunque por ahora ya atienden a 23 personas, no esperan que ascienda de manera exponencial su número de pacientes y están confiados en que van a poder atender la demanda.
No obstante, para Aguirre, el hecho de que lleguen a ser rebasadas en su capacidad, más que un problema, podría significar que hay un cambio de paradigma en la ciudad y que hay personas que están optando por atenderse psicológicamente.
“Me llegaron a preguntar, ‘oye, ¿pero si los rebasan? ¿Si mucha gente viene y busca ayuda?’. Pues, bueno, haremos una red con el Gobierno municipal a que se extienda y el estatal y el federal, pero ya sabiendo qué necesidades hay en la comunidad, por lo pronto lo que no queremos es quedarnos sentadas”, dijo.
Indicó que escuchar y saber que hay gente que se está doliendo cuando se puede aportar algo, de eso se trata.
“Si llegamos a ser rebasadas con esos 34 psicoterapeutas, pues levantaremos la voz y los vamos a citar a ustedes y les diremos a los gobiernos que se sumen y que hay gente que necesita apoyo psicológico”, concluyó.
