Un reporte anónimo donde se advertía de la presencia de varios hombres armados, algunos de ellos apostados en la azotea de una humilde vivienda, fue la clave para una de las detenciones más importantes ocurridas este año en la ciudad.
Según reportes internos de la Fiscalía de Distrito Zona Norte, el pasado martes 7 de noviembre, en un llamado se avisó que había muchas personas armadas en un funeral, esto en una finca particular localizada sobre la calle Zoltepec, a unos metros del periférico Camino Real, donde se tiene como fondo la leyenda “La Biblia es la Verdad. Léela”.
Portaban dichas personas, armas largas y cortas, por lo que se dio el reporte a la autoridad, y cuando uno de los comandantes estatales acudió al sitio, corroboró que algunos de los vehículos ahí estacionados habían sido utilizados por sicarios que participaron en los últimos días en diferentes eventos delictivos.
A través de las cámaras de vigilancia y mediante labores de inteligencia se tenían datos precisos de algunos de los vehículos usados por los asesinos a sueldo en diversos ataques.
El elemento estatal que acudió a la calle Zoltepec y estaba al mando, pidió refuerzos y en poco tiempo trazaron un plan tipo SWAT, producto de su entrenamiento, con el objetivo de capturar al mayor número posible de quienes se encontraban presentes en la vivienda.
El temor era que se dieran a la fuga todos o que los cuatro hombres que portaban armas largas y estaban apostados en la parte alta de la finca, comenzaran a disparar contra los elementos de la Agencia Estatal de Investigación que acudieron al sitio.
Inicialmente no hubo descargas de plomo sino de adrenalina, mientras se irrumpió en el funeral y se trató de cortar las salidas a los asistentes.
Hubo disparos de advertencia al aire, sin que se dirigieran a algún objetivo en específico.
El velorio era en el patio
El ataúd de un hombre identificado como Luis Alejandro C. R. estaba colocado al aire libre y los asistentes parecían rendirle un último homenaje.
Algunos de los agentes subieron con velocidad a la azotea, mientras otros se desplegaron y rodearon a las personas de la parte baja.
Con armas en mano arrinconaron a los que participaban en el velorio, al tiempo que hacían disparos al aire para que se supiera que iban dispuestos a todo.
Por el efecto sorpresa, a los de arriba los desarmaron rápidamente.
Varios huyeron, algunos de los cuales fueron alcanzados, pero unos pocos no.
Indicios criminales
Ya con la situación bajo control y los indicios de delitos, se pudo empezar a documentar la intervención.
Había vehículos que se usaron en asesinatos, así como armas de fuego presentes.
En las primeras declaraciones de los 11 detenidos, algunos reconocieron su pertenencia a un grupo criminal.
Se les aseguraron algunas cantidades de drogas tales como cocaína, mariguana y metanfetaminas.
En total se aseguraron 4 armas largas, 7 armas cortas y 9 vehículos.
¿Pero a quién velaban?
Resulta que en el domicilio referido se velaba a Luis Alejandro C.R. quien había muerto en la madrugada del pasado jueves 2 de noviembre, tras ser atacado en una vulcanizadora localizada justo sobre la calle Zoltepec, cerca del Camino Real, en la colonia Gustavo Díaz Ordaz.
Aparentemente sus familiares lo trasladaron al Hospital de la Familia, pero no sobrevivió a los balazos que personas no identificadas le hicieron. Al llegar a urgencias ya no contaba con signos vitales.
De acuerdo a los expedientes de Luis Alejandro C.R., este contaba con 36 años de edad y era apodado El Borracho o El Chino.
Tenía un largo historial delictivo, por comisión de diversos delitos tales como violencia familiar, privación de la libertad, lesiones, robo, daños y robo de vehículo.
En especial, se documenta que el día 9 de diciembre del año 2022 ingresó al Centro de Reinserción Social (Cereso), por la comisión del delito de privación de la libertad, ya que un día antes agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) lo detuvieron en compañía de Carlos Daniel F.V., toda vez que fueron señalados por su participación en el ataque armado contra un camión de transporte de personal en la carretera Panamericana, mismo que trasladaba migrantes.
Según reportes periodísticos, el autobús circulaba en el tramo carretero hacia Ciudad Juárez, cuando hombres armados a bordo de varios vehículos le cerraron el paso y realizaron detonaciones hacia el camión, con el objetivo de privar de la libertad a las personas a bordo.
Con la información que cuentan los investigadores, esperan dar con más responsables de crímenes perpetrados en Juárez.
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