En la Antártida se detectó recientemente un calentamiento estratosférico repentino, que es un inesperado fenómeno climático que podría afectar a todo el mundo, según varias organizaciones ambientalistas.
Este calentamiento estratosférico repentino fue definido por el meteorólogo Richard Scherhag, quien lo descubrió en 1952, y consiste en un rápido incremento en la temperatura en un lapso menor a una semana en la estratósfera del invierno boreal.
Estos eventos podrían no afectar directamente al suelo de forma inmediata, pero su filtración a través de la atmósfera podría impactar el clima troposférico en semanas posteriores.
Se cree que esto pueda modificar el Modo Anular Sur a una fase negativa, lo que derivaría en un invierno en Australia con frentes fríos y sistemas de baja presión al sur del país, además de nieve y lluvias en el sureste y suroeste del continente, por ejemplo.
De esta manera, el calentamiento repentino en la Antártida podría generar efectos en la temperatura de todo el planeta debido a que la estratosfera norte y sur están conectadas.