Seguimos con las recomendaciones poéticas para el verano y seguramente no será novedad que hable de uno de los grandes poetas modernos: Juan Ramón Jiménez. Este escritor nació en Moguer, España, en 1881 y falleció en 1958 en San Juan, Puerto Rico. Fue un autor prolífico que puede leerse por varias etapas, como ha identificado la crítica. Jiménez ganó el Premio Nobel de Literatura en 1956, en la que reconocieron su obra en prosa Platero y yo. Como dije, escribió muchos libros entre los que pueden contarse Rimas (1902), Jardines lejanos (1904), Pastorales (1911), Diario de un poeta recién casado (1917), Belleza (1923) La realidad invisible (1924) y Romances de Coral Gables (1948).
Por la vastedad de la obra de Juan Ramón Jiménez, me parece muy adecuado acercarse a través de la Antología poética preparada por Javier Blasco, ya que hace una selección muy buena de poemas, además de que elabora una introducción erudita, notas en los poemas que remiten a otros estudios o explicaciones acerca de la estética de ese momento en la vida del poeta. Desde esta forma, podemos hacer un recorrido desde sus primeros poemas hasta la madurez del escritor español.
En la primera etapa se aprecia una influencia del modernismo, de la poesía romántica, sobre todo de Bécquer y luego se aleja del modernismo para acercarse a las vanguardias y sus exploraciones más personales, hasta volverse una influencia para la poesía americana. Encontramos temas recurrentes como la muerte o la poesía misma. Algo que se destaca en los poemas de Juan Ramón Jiménez es la musicalidad que, en lo particular, disfruto mucho, como en estos versos de “La voz helada”, del libro Melancolía:
Mi vida es cual un roce de sedas que cantaran
como pájaros tristes de pálidos colores…;
cuando sale la luna, los pájaros duermen
y sólo queda la memoria de las voces.
Una memoria desteñida y deshojada
lo mismo que una de esas estampas interiores,
que tienen frondas malvas en sonrosados cielos
y ríos amarillos y nubes tornasoles…
En fin, podría citar y proponer pasajes y poemas enteros, pero mejor los invito a que lean a Juan Ramón Jiménez y disfruten de su poesía en este verano.
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