Así como semanas atrás escribí un poco acerca de Walt Whitman, ahora es el turno de William Butler Yeats (Dublín, Irlanda, 1865-Cap-Martin, Francia, 1939), escritor irlandés que se dedicó principalmente a la poesía y al teatro, en 1892 fundó la Sociedad Literaria Irlandesa y en 1897, el Teatro Nacional Irlandés. En 1923 ganó el Premio Nobel de Literatura, gracias a “su poesía siempre inspirada, que de una forma sumamente artística da expresión al espíritu de toda una nación”.
Hay varias colecciones famosas de Yeats, yo les comentaré a grandes rasgos Yeats. 30 poemas, traducido por Manuel Soto. En estos poemas vemos un sentimiento que exalta lo irlandés que puede parecernos lógico o natural hasta cierto punto, pero en realidad, él contribuyó a esa identificación porque Irlanda se independiza como Estado moderno en 1922, año en que su publica la magna obra de otro irlandés, Ulises, de James Joyce. W. B. Yeats, en el poema “En el crepúsculo” habla al corazón, diciéndole que su madre, Irlanda es joven: “Tu madre Eire es siempre joven”, una madre en que el rocío brilla en todo momento, rocío de las mañanas que es más querido que la esperanza.
Tiene un precioso poema dedicado a su hija, que como padre, yo siento que es un anhelo parecido el que tenemos dentro, cuando vemos a nuestra hija durmiendo y afuera, como dice el poeta, está la tormenta rugiendo en las ventanas, pedimos belleza, inteligencia, cortesía, prudencia, que busque lo valioso y se aleje de las superficialidades, como en “Una plegaria por mi hija”. Hay que recordar también el poema “Navegando hacia Bizancio”, del cual Cormac McCarthy tomar el primer verso para titular su novela, adaptada después por los hermanos Cohen: “No es país para viejos” o en inglés “That is no country for old men”.
Así como habla con pasión de la tierra, también lo hace de la familia, de la casa familiar, del terruño, el arraigo y la herencia, como elementos importantes de la humanidad y del estro. En este sentido está también “Una plegaria por mi hijo” en que recuerda un tanto la poesía mística y la poesía a lo divino de los Siglos de Oro español. Es pues un buen pretexto releer a Yeats en estos días.
*Los comentarios del autor son responsabilidad suya y no necesariamente reflejan la visión del medio.