“Pido permiso para abrazar a mi madre”, solicita acusado en caso Del Carmen durante audiencia

“Pido permiso para abrazar a mi madre”, solicita acusado en caso Del Carmen durante audiencia

El martes no fue la primera vez que Nancy Iveth A.A. compareció ante un juez de Control; incluso, el pasado domingo fue vinculada a proceso penal por la causa 3844/25, acusada de ocultar cadáveres en un domicilio de la colonia Arroyo Colorado.

Pero, a diferencia de ocasiones pasadas, ayer ya no llegó por su propio pie al tribunal porque ya estaba bajo el resguardo de la Policía Procesal, que controla el traslado de los presos que están dentro del Centro de Reinserción Social (Cereso) 3.

La tarde del 20 de octubre, elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) le cumplimentaron una orden de aprehensión y ya se encuentra en prisión preventiva.

La mujer, identificada como una de las encargadas de la operación de la Funeraria Del Carmen, gozaba de un privilegio procesal ya que interpuesto diversos juicios de amparo que le permitían presentarse a las audiencias bajo libertad condicional.

Los elementos ministeriales tuvieron conocimiento de que, por falta del pago de la garantía económica, la mayoría de los juicios de amparo habían sido sobreseídos o infundados, por lo que perdió dichos privilegios procesales.

Cuando el reloj marcó las tres de la tarde del martes anterior, la acusada ya se encontraba dentro de la sala 22 de Ciudad Judicial, vestida de gris, al igual que su hijo, Roberto Isaac A. A., quien lleva meses retenido en el Cereso bajo prisión preventiva impuesta para evitar una potencial fuga mientras está sometido a las causas penales 3844 y 3747, ambas de 2025.

Ese día, ambos comparecieron ante el juez de Control, Carlos Jaime Rodríguez, por un caso que los agentes del Ministerio Público describieron como un nuevo acto de horror cometido por los empleados de la Funeraria Del Carmen.

La pesadilla que vivieron los familiares de Daniel Méndez Flores

De acuerdo con lo vertido en la audiencia de formulación de imputación, el Ministerio Público acusó a Nancy Iveth A.A. y Roberto Isaac A.A. de los delitos de fraude, así como de inhumación, exhumación y respeto de cadáveres, por hechos cometidos entre el 9 de mayo y 15 de julio de este año, en contra de Daniel Méndez Flores y su familia.

Daniel tenía aproximadamente 70 años cuando su cuerpo dio su último aliento al interior del Hospital General, un infarto provocado por distintas afecciones fue el causante de que dejara este mundo el 9 de mayo de 2025.

Según el testimonio presentado por la representación social su hija, Ana Isela, tenía conocimiento de que una de sus vecinas, a la que conocía desde hace más de 16 años y de nombre Nancy Iveth, tenía una funeraria, por lo que se acercó rápidamente con ella para preguntar el costo de los servicios.

Nancy Iveth accedió a realizar el servicio y por 14 mil pesos extendió un contrato, en el cual se estableció que se encargaría de realizar el sepelio, así como la posterior cremación de los restos.

Recordó que el mismo 9 de mayo, Roberto Isaac fue al hospital para recoger el cuerpo de su padre, trasladarlo a la funeraria para prepararlo y para la tarde lo velaron en su casa.

Un día después, se realizó la ceremonia religiosa y un empleado de la funeraria, al que no ha podido identificar, se llevó los restos, que supuestamente iban a ser cremados.

Con la promesa de que las cenizas les serían entregadas dos semanas después, los familiares de Daniel esperaron a que pasara el tiempo. Una tarde, Ana Isela le marcó a Nancy Iveth para preguntarle si ya tenía la urna, a lo que respondió afirmativamente.

El siguiente testimonio que la FGE presentó, es el de la nuera de Daniel, Rebeca Concepción, quien hizo el favor a su cuñada Ana Isela de presentarse a la funeraria para recoger las cenizas.

Se suponía que, además de la urna, Nancy Iveth debía haberle entregado distintos documentos, como el acta de defunción, no obstante, solamente le entregó las supuestas cenizas, sin darle siquiera algún papel relacionado con el trámite.

Rebeca Concepción no notó nada extraño en ese momento y regresó con su cuñada para darle las cenizas.

Tiempo después, al intentar realizar varios trámites pendientes, Rebeca Concepción y su esposo se dieron cuenta que, ante el Registro Civil, no se había concluido el trámite del acta de defunción y que solamente había un registro para comenzar el trámite.

La incertidumbre comenzó a posarse en el seno de la familia Méndez Flores, misma que se incrementó cuando se descubrió el caso del crematorio Plenitud y el hecho fue difundido por medios de comunicación, más aún porque también se señalaba como presunta involucrada a la Funeraria Del Carmen.

Ana Isela se comunicó con Nancy, pidiéndole explicaciones, a lo que ella le contestó que tuviera confianza, que el “licenciado” había tenido problemas con algunos documentos, pero que todo estaba en orden, no tenía por qué temer y que, en cuanto tuviera oportunidad, le entregaría los comprobantes faltantes.

La propuesta indecorosa que dejó entrever los horrores

De acuerdo con el relato presentado ante el Ministerio Público por parte de Ana Isela, el 12 de junio de este año tuvo un encuentro presencial con Nancy Iveth, quien le confesó que había tenido problemas con el cuerpo de su padre y que sus documentos los había traspapelado con los de otro cadáver.

Entonces, le propuso que por los siguientes 10 meses le daría un pago mensual de 3 mil pesos a cambio de no decir nada y que, aparte, tenía que simular el entierro de su padre.

Es decir, tenía que enterrar los restos de otra persona, haciéndola pasar como si fuera su padre, quien había fallecido poco más de un mes.

Nancy Iveth le pidió el “favor” ya que tenía miedo de que a su tío, Miguel Ángel (quien se encuentra vinculado a proceso) lo condenaran en prisión por más de 70 años si las autoridades se llegaban a enterar de lo sucedido.

Ana Isela señaló que no dijo nada, simplemente se fue a su casa y jamás volvió a tener contacto con Nancy Iveth.

Los dichos de Ana Isela se sostienen gracias a dos testimonios de personas que supuestamente habían sido contactadas por los imputados para intentar simular un funeral, así como para deshacerse del cuerpo de Daniel Méndez Flores.

Un empleado de otra funeraria de la ciudad, cuyo nombre se omite por cuestiones de seguridad, recordó que el 15 de julio recibió una llamada de Nancy Iveth, quien le pidió apoyo para realizar un servicio, ya que acababa de fallecer un “tío” afuera del Hospital del Femap, ubicado en el centro de la ciudad.

Al momento de preguntar los detalles sobre el hecho, el testigo comenzó a notar cosas extrañas en la actitud de Nancy Iveth; en primer lugar, se oponía a decirle de manera clara dónde estaba el cuerpo de su supuesto familiar.

Además, señaló que el hijo de la mujer, Roberto Isaac, le había llevado los documentos de la persona a la que realizaría el servicio, al que identificaron como Daniel Méndez Flores, pero el acta de defunción que había tramitado no correspondía con la hora en la que se presentó el fallecimiento.

Además, por su propia cuenta, él acudió al hospital, donde presuntamente había sucedido el deceso, donde empleados, guardias de seguridad y vecinos del lugar le afirmaron que no había fallecido ninguna persona en las afueras del nosocomio un día antes, tal como le había contado Nancy Iveth.

Pese a ello, el afectado pagó los derechos de una fosa en el Panteón San Rafael, donde estarían los restos de Daniel Méndez Flores y que serían adquiridos a nombre de Ana Isela.

Ante la situación tan turbulenta, decidió negarse a realizar el servicio que le propuso Nancy Iveth, quien le respondió que ya no era necesario que lo hiciera porque otra funeraria llevaría a cabo los servicios.

Desde entonces, indicó que dejó de tener contacto con la mujer.

Actas de defunción sin cuerpo y sin control

Como parte de la carpeta de investigación, la representación social también presentó el testimonio de un médico general, que tiene la certificación por parte de la Secretaría de Salud para emitir certificados de defunción y que suele trabajar con algunas funerarias locales, identificado solo como Francisco.

El profesionista tenía una relación de muchos años con la Funeraria Del Carmen, incluso mencionó que llamaba cariñosamente a Roberto Isaac como “Teto”, ya que lo conocía desde que era pequeño.

Contó que el 15 de julio, Teto lo llamó porque necesitaba sacar un certificado de defunción para su tío, que acababa de fallecer de un infarto afuera del Hospital Femap, la madrugada del día anterior.

Aseguró que, por la relación de confianza que tenía con la familia, solamente le pidió a Roberto que le describiera los síntomas, afirmando que nunca vio el cuerpo del fallecido.

Con base a la información que le dio, el médico elaboró el acta de defunción y se la entregó a los empleados de la Funeraria Del Carmen.

Para su sorpresa, un día después, recibió una llamada de la oficina de Estadística de la Jurisdicción Sanitaria, en la que le mencionaron que el acta de defunción de Daniel Méndez Flores tenía un registro duplicado en el sistema, por lo que el documento que emitió era inválido.

Afirmó que le platicó la situación a Teto por teléfono y le dijo que iría a recoger el certificado, pero se quedó esperando por horas para encararse con Roberto y al final fue otra persona la que le entregó el documento.

Molesto, aseveró que nunca más volvió a hablar con ningún familiar o empleado relacionado con la Funeraria Del Carmen.

El cuerpo que no fue enterrado ni cremado

Como parte de la carga probatoria, el Ministerio Público también presentó diversos oficios en los que solicitó a diversos crematorios de la ciudad si tenían en sus registros la cremación de Daniel Méndez Flores, pero la respuesta en todos los casos fue la misma: no había registros de que se hubiera hecho la cremación.

Entre ellos, destaca uno dirigido al Registro Civil de Chihuahua, contestado por la encargada de la oficina del Registro Civil número 5, con sede en Ciudad Juárez, en el que se indica que no fue localizado el registro digital a nombre de Daniel Méndez Flores; es decir, nunca se tramitó el acta de defunción de manera debida.

Por lo anterior, para el representante de la FGE, estos motivos fueron suficientes para presumir que tanto Nancy Iveth como Roberto Isaac habían engañado a la familia ofreciendo servicios que nunca se realizaron; además, ocultaron el cuerpo de Daniel, tratando de deshacerse del cadáver contratando a otra funeraria durante el proceso.

Al momento de exponer la conclusión y cuáles serían los siguientes pasos que los imputados van a enfrentar con relación a esta causa penal, el juez realizó una propuesta.

Mencionó que el caso del crematorio Plenitud es un episodio que ocasionó mucho dolor a la comunidad juarense, principalmente por la gravedad del caso.

Enfatizó en que el principal interés de la familia que presentó su denuncia, es tener la certeza y saber dónde estaban los restos de Daniel, por lo que si proporcionaban los datos de dónde estaba el cuerpo, la situación podría correr en su favor y consideraría retirar los cargos, al menos por esta causa penal.

El juez dictó un plazo de 144 horas para resolver la situación jurídica de los imputados, por lo que fijó la audiencia de vinculación a proceso penal para este lunes 27 de octubre, en punto de las 11 de la mañana.

Pide Roberto Isaac permiso para abrazar a su madre

Al término de la audiencia, el juez preguntó si existía alguna otra petición, a lo que el acusado Roberto Isaac le pidió permiso para abrazar a su madre.

La autoridad indicó que, si no había inconveniente por parte de los policías procesales, lo permitiría, hecho que el prisionero agradeció.

El juez pidió finalizar la grabación de la audiencia y se dirigió a Roberto Isaac: “Adelante, señor Roberto, puede abrazarla”.

El hombre se acercó a su madre para abrazarla y ambos se fundieron en el gesto.

“Cuídese mucho, madre, nos vemos luego”, se despidió el hombre de Nancy Iveth y ambos fueron conducidos a las celdas donde esperarán la audiencia de vinculación por este caso.