Familiares y autoridades de la joven Dulce Nahomi González Rentería, de 14 años de edad, solicitan el apoyo de la comunidad fronteriza para dar con su paradero, ya que fue vista por última vez el pasado 26 de octubre en Riberas del Bravo.
A través de una pesquisa emitida por la Fiscalía General del Estado, se informó que la jovencita fue reportada como desaparecida el 3 de noviembre, tras varios días de permanecer ausente.
Según el reporte, Dulce Nahomi nació el 16 de mayo de 2001 y como señas particulares se menciona que mide 1.55 metros de altura, tiene un peso de 60 kilogramos, es de tes morena y complexión delgada.
Además, es de cabello castaño, ojos cafés oscuro y cara ovalada. Otra de sus señas particulares es que tiene una cicatriz en la ceja derecha y en la ceja izquierda le falta una parte interna.
Al momento de su desaparición usaba una camiseta de color gris oscuro, una pantalonera negra, así como calcetas y huaraches negros.
Se le vio por última vez en la Etapa 8 de Riberas del Bravo el pasado 26 de octubre y desde entonces se desconoce su paradero.
Si usted tiene información que conduzca a su localización, puede comunicarse a los teléfonos 911 de Emergencias o bien, al 089 de Denuncia Anónima.

Los restos de Araceli, migrante que intentó llegar a EU, por fin fueron encontrados en el desierto
La joven oaxaqueña de 22 años fue vista por última vez en Anapra; tras múltiples búsquedas, su cuerpo fue hallado e identificado mediante ADN
Por Teófilo Alvarado
VIDEO: La historia de Sofía: desapareció el 25 de octubre; detienen a su pareja
Esta mañana, autoridades realizan un operativo en el desierto para intentar localizarla
Por Redacción
Coincide pesquisa de América Selene con hallazgo en Villas de Alcalá
La mujer, era originaria de Parral, tenía reporte de desaparición en Chihuahua desde el 21 de septiembre
Por Redacción
Buscan en la sierra de Urique a Jorge Gabriel, censador del INEGI desaparecido
“Salió a contar historias de otros y ahora todos lo buscamos a él”: agentes estatales, federales y voluntarios recorren veredas y barrancos para dar con su paradero
Por Alejandro Salmón Aguilera