En el terreno de las ideas, proyectos van, proyectos vienen; pero en la realidad, las intenciones de rescate del Centro Histórico de Juárez siguen quedándose cortas y más acotadas al terreno de los buenos propósitos.
En términos prácticos y con excepción de unas cuantas obras públicas, la intención de rescate no rebasa los límites del papel en que se trazan.
Cientos de viviendas abandonadas, severamente dañadas o en ruinas, acumulamientos de basura y calles completamente deterioradas, sin mantenimiento desde hace largo tiempo así lo constatan.
Apenas dos años atrás se planteaba un proyecto conjunto entre Gobierno del Estado y Municipio a través del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP); el objetivo era reurbanizar siete barrios que marcaron la historia de esta ciudad, contemplándose colonias como El Barreal, Partido Romero y Ex-Hipódromo, entre otras.
Se habló de acciones conjuntas entre ciudadanía y Gobierno para la limpieza de estos sectores mediante acciones como el programa “El Campanero”; esta estrategia se enfocaba en regularizar los servicios de recolección de basura mediante el uso de puntos estratégicos para su disposición.
Se habló de labores de inspección y revisión constante en la zona mediante recorridos permanentes, con posibles aplicaciones de multas para los incumplidos.
Simultáneamente se hablaba de rescatar o regularizar las condiciones de la vivienda abandonada para evitar acumulamientos de basura y su uso para fines criminales.
Un vistazo actual al sector de confluencia entre las colonias Partido Romero, El Barreal y Ex-Hipódromo evidencian que esto quedó sólo en el recuerdo.
Las actuales acciones del Plan Maestro del Centro Histórico, enfocadas en tratar de dignificar la imagen del primer cuadro, mantienen olvidadas a estas viejas colonias.
Así lo demuestra la condición que guardan las calles interiores de estas tres emblemáticas zonas urbanas, principalmente en el caso de El Barreal. Baches, amplias zonas donde la tierra ha sustituido el pavimento, en incontables viviendas abandonadas o en ruinas surgen por doquier.
Riesgos
Manuel Gutiérrez, propietario de un gimnasio ubicado entre la zona de confluencia entre El Barreal y la Ex-Hipódromo, destaca los riesgos que esto representa.
Se refirió específicamente a un local ubicado en la cuchilla formada por la avenida Insurgentes y Colombia que antiguamente fue un negocio de comida china.
Abandonado desde hace más de una década, este lugar es utilizado por malvivientes y drogadictos que lo usan de espacio para drogarse; Gutiérrez asegura que han sido varias las ocasiones en que molestan a su clientela, representando riesgo latente para mujeres que entrenan en su gimnasio.
“La acción que pediríamos es que el Gobierno Municipal nos ayudara para que derrumbaran estas tapias que realmente no sirven de nada”, comentó.
Hizo referencia a un local ubicado en calles Republica de El Salvador y 18 de Marzo, donde recientemente fue localizado el cadáver de una mujer.
El punto señalado, una antigua tienda de abarrotes ubicada a dos cuadras del lugar de la entrevista, es visitado por las cámaras de Norte Digital.
Se observó que aún permanecen las cintas amarillas con las que el lugar fue acordonado en su momento; esto además de revelar indicios de que el lugar es utilizado actualmente por gente que pernocta en su interior.
Como esta, otras muchas propiedades de la zona permanecen en situación de abandono, con avanzado nivel de deterioro o en condición de auténticas tapias.
Qué decir del antiguo y emblemático Casino Alianza, edificio cargado de añoranzas para muchos, ubicado en la esquina de las calles Niños Héroes y Colombia.
Esta edificación, que fue espacio de inolvidables celebraciones de nostálgica remembranza para miles de juarenses, permanece en pie pero en condición de auténtica ruina.
Grandes tablones de madera sustituyen lo que antes fueron elegantes ventanales, mientras el graffitti reina en toda la extensión de sus paredes exteriores.
Otro de los serios inconvenientes que hoy en día enfrentan estas colonias es la falla continua del servicio de recolección de basura. El acumulamiento de bolsas de desperdicios en sus calles es frecuente como lo demuestra el panorama de las calles Perú y 2 de Abril.
A lo largo de esas calles, incontables postes son usados para colgar en ellos las bolsas de basura que permanecen días sin ser recolectadas.
Muchas áreas de estas emblemáticas colonias han sido consumidas por maleza espesa, casas colapsadas, llantas de desecho y un total y prolongado olvido.
Son colonias donde, junto con el resto de las que conformaron la historia inicial de esta frontera, residen actualmente menos de 6 mil habitantes. Cantidad que habita apenas el 60 por ciento del total de las viviendas existentes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
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