El pasado 16 de octubre, el presidente municipal, ahora reelecto, Cruz Pérez Cuellar, dio inicio a las obras del distribuidor vial Talamás Camandari y bulevar Independencia, un ambicioso proyecto urbanístico que busca una reconfiguración total del espacio vial en este cruce de la ciudad.
Según Pérez Cuellar y su administración, se construyen 4 puentes vehiculares y 4 pasos a desnivel con una inversión de 380 millones de pesos. Las obras, financiadas enteramente de las arcas municipales, son construidas por el ingeniero Antonio Akel Quintana, en asociación con Grupo Koraachi y Urbanissa, y estarían concluidas en 8 meses, según el contrato.
Sin embargo, a tres días de que se cumpla ese plazo, un recorrido de Norte Digital pudo constatar que, las obras comenzadas en octubre, están lejos de cumplir la fecha de terminación definida originalmente, por lo que los habitantes de dicha zona de la ciudad tendrán que esperar un poco, o quizás más que eso, para poder recobrar la circulación normal de dichas vialidades.
Una reconfiguración vial total, demasiado ambiciosa
El plan de Pérez Cuellar y su equipo de Gobierno tenía una meta muy clara con esta obra: reducir en 40 minutos los traslados de los habitantes y de aquellas personas que acuden a trabajar en las distintas maquiladoras de la zona.
Estas obras no solo implican la construcción de los puentes y pasos de desnivel, sino también una reconfiguración total del espacio, incluidas las conexiones de gas, electricidad y drenaje.
El 10 febrero, en la mitad del plazo establecido para la conclusión de las obras, el alcalde afirmaba que se llevaba un avance de entre un 30 y 40 por ciento de las obras y pedía paciencia a los conductores, asegurando que las obras “concluirán lo más pronto posible”.
Sin embargo, todo se torció el 2 de abril; el Gobierno Municipal informó a la población que la circulación de uno de los cruceros de la zona quedaría temporalmente cerrada debido a trabajos de reposición de tuberías de la compañía de Gas Natural.
Para ello, se mencionó que los conductores tendrían que utilizar el estacionamiento de una plaza comercial aledaña para poder seguir su camino hacia la Talamás Camandari. En dicho comunicado, nunca se estableció una fecha para que las obras de la compañía gasera fueran finalizadas.
Más de dos meses después, y luego de que la primavera hiciera su efímero viaje por la ciudad, Pérez Cuellar ganara por segunda ocasión la Presidencia Municipal y las infernales temperaturas del verano llegaran sin piedad a los juarenses, los trabajos de reposición de las tuberías continúan, por consiguiente, todo el tráfico de la zona termina formándose al interior del estacionamiento de dicha plaza comercial.
Esta situación, según informó el director de Obras Públicas, Daniel González, provocó que, para el 14 de mayo de 2024, última actualización de la dependencia, se tuviera un avance de un 50 por ciento en las obras.
Es decir, según dichos de los propios funcionarios municipales, de febrero a mayo, solamente se avanzó un 10 por ciento en las obras.
Ante esta situación, González dijo que las obras tendrían un retraso de al menos 4 meses, únicamente para que la vialidad se abra a la circulación, porque mencionó que faltaría por finalizar los trabajos de semaforización y colocación de banquetas.
Continuarán afectaciones a peatones y comerciantes de la zona
Mientras se camina por esta zona, en las banquetas de la Talamás Camandari, en los primeros metros posteriores al cruce con el bulevar Independencia, puestos informales conocidos como “segundas” ofrecen su mercancía a quienes transitan por el lugar.
Admiten que su clientela no es la misma ni tan numerosa como en otras ocasiones. Aunque hay muchas personas que acuden a sus puestos por los productos que pueden encontrar, tienen que “torear” a los automovilistas que vienen llegando provenientes del bulevar Independencia, por lo que se vuelve una especie de deporte de alto riesgo el tener que cruzar la calle sin algún señalamiento o señal peatonal a la vista.
Y es que cuando se realizaron las obras, no se tomaron en cuenta a los peatones ni a los comerciantes de esta zona. Están totalmente borrados de este espacio público y si alguna persona desease llegar hasta el centro comercial aledaño, tiene que esperar a que cese ligeramente el tránsito de personas para llegar hasta el otro lado.
Según los comerciantes y peatones, el tráfico en este lugar ha bajado considerablemente gracias al término de clases en las universidades y ahora la situación es ligeramente “soportable”. Sin embargo, en las épocas de las clases regulares, el tránsito por este cruce era prácticamente imposible de sortear, situación que alejó a muchas personas de los negocios.
Por lo anterior, urgen a las instancias encargadas para que realmente concluyan la obra “lo antes posible”. Aunque por el pronto las escuelas se encuentran en periodo vacacional, temen que la situación continúe mientras se dé el regreso a clases, situación que podría empeorar el tráfico de forma considerable.
Además, solo les queda la esperanza de que, una vez que llegue el tan anhelado día que concluyan las obras, también puedan ahorrarse esos 40 minutos en sus traslados que, bajo las enormes montañas de tierra, ahora parecen un sueno muy lejano.