“Juárez está de luto”, gritó Luz María Dávila al mundo hace siete años al perder a sus dos únicos hijos en la masacre de Villas de Salvárcar; y hoy le recuerda que así sigue, por todas las víctimas que siguen muriendo.
Ella es la mujer que en 2010 encaró al entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa. Era la madre de José Luis y Marcos Piña, a quienes después de engendrar y cuidar durante 16 y 19 años, perdió a una cuadra de su casa, víctimas de la guerra contra el narcotráfico.
Su reclamo de justicia y acción por un Ciudad Juárez sangriento hizo nacer el programa de rescate social Todos Somos Juárez.
Pero siete años después, y ya sin dicha estrategia, la herida sigue abierta para quien la noche del 30 de enero de 2010 escuchó desde su casa los balazos que terminaron con la vida de sus hijos.
Y hoy Ciudad Juárez revive con ella el dolor de la muerte de sus hijos y de 13 personas más, por cuya masacre no hay respuestas por parte de las autoridades.
Luz María y José Luis son empleados de una maquiladora donde se fabrican bocinas. Su familia siempre fue alegre y unida. José Luis estudiaba la preparatoria y era muy alegre, bromista y noviero; Marcos era más reservado, pero también era bromista, juguetón y estudiaba la universidad.
“Ellos se lavaban, ellos se cosían, ellos se cocinaban; yo les tenía su plancha a cada uno, yo les tenía sus hilos y sus agujas porque yo les enseñé a coser… ellos me ayudaban en la casa, ellos me ayudaban a hacer comida”, aseguró la mujer sentada en la sala de su casa, donde mantiene las fotografías, discos de música y muñecos de peluche de sus dos hijos.
La noche que cambió a Juárez
Esa noche iban a festejar el cumpleaños número 18 de Jesús Segovia, quien también murió en la calle Villas del Portal #1310.
“Ya me habían dicho que iban a cooperarse con papitas, las vecinas les iban a comprar naranjas para hacerles con chilito… y les iban a prestar la casa… porque estaba muy feo ese tiempo, se las prestaba la vecina para que no se fueran a otro lugar, y ahí convivían todo el tiempo”, recordó.
La fiesta empezó a las nueve de la noche y desde una hora antes José Luis y Marcos se empezaron a arreglar; ella misma los acompañó a llevar las bolsas de papas fritas, luego regresó a esperarlos en la sala de su casa, como siempre que salían.
Pero dos horas y media después de ver salir a sus hijos, escuchó los balazos desde su casa.
“Cuando salí oía muchos rechinidos de carros, y yo nomás oía, no sé. Dicen que pasaron junto de mí los carros y yo no veía nada; yo nomás me acuerdo que llegué a la siguiente esquina, antes de llegar a la casa le pregunté a una persona, a un hombre, le dije: ‘¿dónde están mis hijos?’, y me dijo: ‘están allá’”, narró.
“Cuando llegué yo a la casa, entré a la casa y vi mucho humo, y al primero que vi fue a una señora con un balazo en la espalda y en la cabeza; en seguida vi a un muchachito; y a la entrada, en la siguiente casa, había otro tirado junto a una palma que estaba. Y a la entrada estaba Marcos, pero ya Marcos ya no tenía vida. Y ya en la sala estaban todos”, siguió recordando.
En seguida de Marcos estaban dos muchachos, luego estaba José Luis todavía con vida, y le dijo a su mamá “que todo estaba bien”.
Los Dávila trasladaron a su hijo, a la primera mujer que vio y a otro joven, a recibir atención médica, pero a las 5:30 de la tarde del día siguiente el menor de los Piña Dávila perdió la vida.
“Yo me imagino que todos los muchachos se resistieron a caer. A ellos los dejaron como coladera; yo miré unas hojas que tenía, que no me dejaban ver… y vi las fotos, Marcos tiene toda la parte de enfrente –llena– de balazos, y José Luis tiene el pecho, los brazos, las piernas, y en el abdomen. Yo digo que ellos se resistieron a caer, esa es mi imaginación, que habían apretado sus manos pa’caer. Y no se me olvidan esas imágenes”, confesó la mujer.
Sus reclamos a Calderón Hinojosa le dieron vida a Todos Somos Juárez, pero al iniciar el nuevo sexenio el programa social concluyó.
“Con Calderón hubo desastre total, muchas muertes… con Peña Nieto en vez de ir pa’ arriba vamos pa’abajo, es el que nos está hundiendo a todos”, reclamó la madre con la que México se solidarizó hace siete años y quien hoy le sigue recordando al mundo que los juarenses siguen de luto.
Piden obras en la Tapioca para evitar tragedias como la de Rafita
Profesores y directivos del Conalep II Juárez piden que se realicen obras en la zona para evitar que los alumnos tengan que cruzar la calle cuando llueve
Por José Estrada
Encuentran segundo cuerpo en pozo en Villas de Alcalá
Autoridades llevan a cabo este mediodía labores de rescate apoyados por personal de la JMAS
Por Redacción
¡Adiós Modesto! El cielo también le lloró
La muerte de la imponente jirafa de seis metros de altura que por más de dos décadas convivió con miles de familias fronterizas, caló hondo en el corazón de los juarenses
Por Luis Carlos Ortega
Colombianos de luto
Una avalancha masiva tras las fuertes lluvias dejó más de 200 muertos en Mocoa, al sur del país andino
Por Agencias