Entre la realidad y la fantasía, entre la casualidad y el milagro, el rostro enigmático de un maniquí –pero que la leyenda cuenta que es el cuerpo de una mujer embalsamada–, se asoma desde hace más de 90 años tras el aparador de una casa de novias en la capital de Chihuahua.
Pascualita, como se llama a la figura de cera, fue víctima de la turba fanática de los años 30 y sobrevivió a innumerables ataques de gente que viendo su belleza sobrenatural, creyó que era la encarnación de un acto demoníaco y que lo que se exhibía era el cuerpo embalsamado de un ser humano.
Inmóvil, la figura de cera ha sido testigo mudo de cómo aquel temor y odio que provocó entre la gente al llegar a esta ciudad se fue convirtiendo poco a poco en devoción, admiración y hasta enamoramiento de algunos que le encienden veladoras, le llevan flores y hasta serenatas al pie de su casa de cristal.
Bella y natural entre maniquíes de cartón-piedra, Pascualita destaca por encima de los trajes de novia que le impone la moda y jamás desfallece, soportando la mirada atónita de las adolescentes que admiran su convicción de novia eterna.
La originalidad de Pascualita quizá emane de su rostro tan humano como imperfecto, al que iluminan dos grandes ojos que enamoran hasta al más indiferente.
Novia eterna de vagabundos y borrachos, la bella figura de Pascualita encanta a todos.
En torno a este maniquí, giran decenas de historias, entre las que destacan que Pascualita es el cadáver embalsamado de la hija de Pascuala Esparza, antigua propietaria de la casa de modas, quien buscó eternizar su recuerdo de esta macabra manera.
Una historia casi gemela narra que la hija de Pascuala, a causa de su mal comportamiento, recibió una maldición y fue embalsamada.
Inicialmente el maniquí tuvo cabellera, cejas y pestañas naturales, pero el paso del tiempo e incidentes como un incendio, fueron modificando de manera importante su apariencia, aunque todavía su piel casi humana produce escalofríos entre sus admiradores.
Otro rumor, cuya difusión es atribuido a los empleados de la casa de novias, gira alrededor de que durante las noches, Pascualita se cambia por sí misma de vestido.
Para muchos, Pascualita es una santa a la que le atribuyen poderes sobrenaturales, tanto así que, de acuerdo al testimonio de una mujer que fue herida de bala por su novio celoso, Pascualita le salvó la vida cuando fue baleadas cerca de un local situado en el Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua.
Realidad o fantasía, lo cierto es que la leyenda de este personaje ha nutrido la vida e imaginación de gente de todas las edades y de muchas nacionalidades, contándose su historia como una de la más representativas de la longeva y tradicional capital del estado.
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