Para Ripley: Tiene Juárez más suelo para estacionamiento que parques
La expansión descontrolada del parque vehicular –a raíz del programa de regularización– y la falta de planeación urbana han convertido a Juárez en una “ciudad-estacionamiento”, desplazando el espacio público y reduciendo la calidad de vida
Martín Orquiz / Norte Digital | 1 septiembre, 2025
Con la llegada de casi 176 mil 040 automóviles a la ciudad entre marzo de 2022 y septiembre de 2024, se agudizó una problemática que Ciudad Juárez enfrentaba incluso desde antes de que se instrumentara el programa de regularización de “chuecos”: el espacio que se dedica a los vehículos es mayor que las áreas verdes, indica un estudio hecho por el urbanista Gabriel García Moreno.
“Es un tema importante y muy grave, se ha tratado de medir un poco; todos estos autos particulares, que ya van por encima de los 700 mil, ocupan espacio y gran parte del tiempo están estacionados. No siempre están circulando; el tiempo que duran en movimiento es muy poco”, explica.
En su trabajo Ciudad Estacionamiento, efectos de normativa de estacionamiento en intensidad de uso de suelo de Ciudad Juárez, Chihuahua, el investigador académico expone el conflicto que ya se padecía y que ahora se agudiza.
Utilizó datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para establecer que, en 2020, esta frontera contaba con 1 millón 501 mil 551 habitantes, mientras que en el documento Así Estamos Juárez 2021 del Plan Estratégico de Juárez, se indica que había 492 mil 216 automóviles privados.
De acuerdo con el Reglamento de Construcción municipal, el cajón de estacionamiento debe ser de 2.70 metros por 6 metros, un total de 16.20 metros cuadrados.
García Moreno multiplicó el número de automóviles por esta superficie y obtuvo un área de 7 millones 973 mil 899.2 metros cuadrados (797.39 hectáreas).
Mientras, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), en su informe 2016, establece que se tenía una superficie de áreas verdes de 7 millones 478 mil 12.67 metros cuadrados (747.80 hectáreas). Con base en estos datos, se visibiliza una diferencia de 495 mil 886.53 metros cuadrados (49.59 hectáreas) a favor del suelo para estacionar automotores.
“Tratamos de calcular la cantidad de autos que existían con el espacio que requerían; veíamos que superaba, en ese entonces, un poquito más del espacio de área verde que tenemos en la ciudad y era solo el auto particular”, menciona.
Advierte que las autoridades municipales consideran áreas verdes incluso camellones o terrenos agrestes donde no hay vegetación, solo tierra, por lo que las medidas que obtuvo llaman la atención.
De parque a aparcadero
Se calculó el área utilizada solo por el automóvil que “duerme” en las casas, pero no hay estudios para saber cuántos cajones de estacionamiento existen en la ciudad. Faltaría calcular el terreno que se usa en oficinas, supermercados, cines o escuelas, ya que un solo vehículo ocupa varios espacios.
Incluso, dice, los mismos parques se convierten en aparcaderos, como ocurre en el ubicado entre las calles Piña y Uva, cerca de Paseo de la Victoria, donde se instala un mercado popular. Un vecino le contó que esa área verde se convirtió en “parqueadero”.
“¿A qué le estamos dando prioridad? Como ciudad y como ciudadanos, ¿qué tipo de ciudad estamos pensando?”, cuestiona el académico.
Al exponerle la situación al director de Ecología municipal, César René Díaz Gutiérrez, señala que se necesita un proyecto de reorganización territorial, tanto en Desarrollo Urbano como en Ecología, para evitar ese tipo de situaciones.
“Se requiere un programa de ordenamiento territorial para tener el orden y establecer que, por cada tantas cuadras de pavimento, se requieren tantos metros de áreas verdes con determinada flora, porque no existe algo así”, explica.
Con base en las denuncias que llegan a su oficina acerca de la existencia de automotores abandonados u otro tipo de desperdicio vehicular, se da cuenta de terrenos que originalmente eran o debieron ser parques.
Incluso, añade, desde hace años la autoridad municipal permitió la instalación de alguna tienda de autoservicio en un área que era parque de la colonia.
El funcionario considera que debe existir un ordenamiento para poder sancionar esas situaciones o malas prácticas que en su momento se llevaron a cabo.
Algo que complica la situación, dice, es que hay áreas que todavía son ejidos, como en Salvarcar, donde los propietarios tienen títulos como tal, sin hacer cambio de uso de suelo, y los ejidatarios prestan terrenos, como donde existen o existieron yonques, incluso marraneras.
“(Argumentan que) en mi terreno hago lo que me da la gana, te rento y ahí están todos los vehículos; (eso sucede) porque no tenemos algo en contrario para poder detener los proyectos con un plan de ordenamiento”, menciona.
Crecimiento vehicular: un fenómeno 'manejable'
Mientras diferentes sectores advierten sobre el crecimiento explosivo de vehículos en esta frontera y las diversas problemáticas que este hecho genera, para la Coordinación General de Seguridad Vial (CGSV) es un fenómeno manejable y el registro acarreó beneficios.
El padrón y el tráfico vehicular se han incrementado año con año en Ciudad Juárez; la única diferencia es que, con el programa del Repuve, todos esos automóviles que llegaban a México están ahora en un censo y debidamente regularizados con el decreto, expone Víctor Daniel Mejía Chavira, exdirector operativo de la dependencia.
En entrevista realizada por Norte Digital cuando ocupaba ese cargo, el funcionario aseguró que sucede lo mismo que en años anteriores, cuando ingresaba a México una cantidad similar de vehículos, pero no se tenía un control ni un registro.
Ahora, añade, esos automóviles están debidamente regularizados, empadronados e identificados en una base de datos, lo que representa un apoyo para los trabajos relacionados con la seguridad pública.
Considera que es un beneficio la reducción de vehículos sin placas que circulan por las calles de la ciudad. Esto se refleja no solamente en el número de conductores de automóviles sin placas que cometen alguna infracción, también en la percepción de los agentes que andan en campo, quienes notan que hay menos unidades sin identificación.
Aunque no tiene un cálculo de cuántas unidades sin placas transitan aún, porque no existe un registro que los contabilice, deduce —de acuerdo con las infracciones que se aplican— que son menos.
Antes, de cada 10 infracciones que se aplicaban, en dos las unidades no tenían documentos; ahora, solo uno carece de ellos.
Ajustes viales y seguridad pública
Mejía Chavira indica que la circulación en la ciudad es acorde a la infraestructura que se tiene. Si bien es cierto que en años anteriores no había tanta carga de tráfico, ahora se aplican planes, estrategias, modificaciones, pasos peatonales y nuevas vialidades para reconfigurar el flujo vehicular.
Además, los ajustes en la semaforización, junto con todas las anteriores medidas, están funcionando para encauzar todo el tráfico.
Con relación a las quejas acerca de que la infraestructura urbana juarense favorece al automóvil, el comandante aseguró que se trabaja para equilibrar las vías públicas, las banquetas y el arroyo de circulación con modificaciones a toda la vía pública.
Este trabajo se hace a través de señalética, que —afirma— es muy necesaria para que las personas sepan por dónde transitar.
Añade que la percepción de cada persona es distinta y de acuerdo a su realidad, pero en la CGSV se trabaja para desarrollar planes y estrategias para adecuar la vía pública poniendo todo lo que está al alcance de la dependencia, y así se seguirá trabajando.
Incluso se han tenido reuniones con activistas, quienes buscan que se respeten los espacios para peatones y exigen adecuar banquetas con rampas para personas con alguna discapacidad o que utilicen sillas de ruedas; inquietudes que se canalizan para avanzar en el tema.
“(El automóvil) se convierte en una necesidad; por el crecimiento de las ciudades se convierten en distancias muy largas los trayectos en donde el ciudadano tiene que desplazarse desde su domicilio hasta sus centros de trabajo, a sus centros de estudio, a sus actividades diarias… y es mera necesidad”, señala.
