La industria maquiladora de exportación es una poderosa generadora de empleo y desarrollo económico en cualquier región donde se instala, pero también atrae la operación ilícita de vendedores de estupefacientes que encuentran en sus trabajadores un mercado cautivo donde la peligrosa droga sintética, metanfetamina o cristal, tiene muchos adictos.
Así lo han revelado en los centros de rehabilitación decenas de obreros que han aceptado que sus primeros pasos en el consumo del cristal lo han dado como operadores de plantas maquiladoras.