Lo confesamos, ir de compras es una gran terapia para levantar el ánimo, pero ¿qué pasa cuando se vuelve un hábito obsesivo-compulsivo?
La doctora, psicóloga y maestra en Comunicación Betsabé Ruizesparza Flores comenta que cuando se cubre una necesidad emocional con lo material se trata de un trastorno llamado oniomanía.
Principales rasgos
- Las emociones fuertes son uno de sus principales detonantes
- Siempre están en busca de artículos o promociones
- La necesidad de compra compulsiva se antepone a cubrir lo que realmente es básico
- Generalmente, se presenta en quienes tienen una personalidad que tiende a desarrollar adicciones
- Son personas ansiosas, nerviosas e inseguras
Aumenta en esta época
La doctor Ruizesparza comenta que eventos como el Buen Fin, las ventas nocturnas y especiales de la temporada en conjunto con la entrega de aguinaldos y ahorros, actúan como disparadores para estas personas.
En casos extremos, existen quienes piden préstamos o llegan a vender cosas indispensables para su vida diaria, todo con el fin de cubrir la necesidad que sienten por comprar.
¿Sensación de vacío?
En la mayoría de los casos, después de comprar las personas sienten un vacío y es tan grande que nada de lo que adquirieron lo puede llenar.
“Es como un ciclo, el típico círculo vicioso que le llaman, compra, se siente bien en el momento, sale de ahí, se empieza a sentir mal y va otra vez a lo mismo, muy similar a los apostadores”, expresa.
Ponle un alto
La mejor solución ante este trastorno es acudir a una terapia cognitiva-conductual, “se trata de modificar el comportamiento de la persona, se le enseña que siempre habrá una emoción disparadora y lo que debe hacer ante ella”.
La especialista agrega que se trabaja con el programa del hábito de 14 a 21 días, “si lo logra, se puede cantar un poquito de victoria porque quiere decir que ya se controló la adicción”.
En caso de que exista el rasgo de personalidad que desarrolla adicción, se debe canalizar a psiquiatría y el tratamiento se podría acompañar de un ansiolítico o antidepresivo.
Fuente: Dra. Betsabé Ruizesparza Flores / betsabe_ruizesparza@icloud.com