La infancia es la etapa del desarrollo en la que los niños se encuentran vulnerables frente a los peligros y amenazas que los rodean, ya que no cuentan con las herramientas ni físicas ni emocionales para defenderse, lo cual los vuelve dependientes de sus padres o cuidadores, y es en ellos, en los que depositan la confianza de su salud física y emocional, su educación y su crianza.
La tarea de los padres no es nada fácil y requiere que ellos cuenten con algunas capacidades básicas para garantizar todos sus cuidados.
El trabajo de ser padres se vuelve más complicado cuando nos enfrentamos a una de las mayores pandemias de nuestra década, el COVID- 19 emerge en el año 2019 en Wuhan, China. Está clasificada como una enfermedad infecciosa que repercute en el sistema respiratorio y es capaz de provocar la muerte cuando esta se agrava; la gravedad de los síntomas suele ser baja, pero el contagio es rápido, por lo que las autoridades de salud han llamado al resguardo en casa, y se han restringido las actividades tanto formales como lúdicas de los niños.
La situación sanitaria actual ha traído varios retos más a los padres de familia, entre los que se encuentran los cambios de ánimo y de conducta, causados por los problemas a los que se enfrentan los niños en esta pandemia, entre ellos:
- El distanciamiento social: está provocando sentimientos de estrés y ansiedad en los niños que se reflejan directamente en su comportamiento, ya sea que veamos a nuestros hijos más irritables y gruñones o más tristes, callados o apartados.
- Cambio en la forma de aprender: el cambio de modalidad escolar de presencial a virtual puede traer al niño sentimientos de confusión, estrés, ansiedad y desánimo por aprender.
- Omisión de eventos importantes: esta pandemia ha traído consigo la cancelación de grandes eventos en la vida de los niños, como graduaciones, fiestas y reuniones, lo cual crea sentimientos de enojo, ansiedad e impotencia, que vemos traducidos en niños más enojados y con menos tolerancia a la frustración.
- Pérdida de seguridad: ya sea por las dificultades económicas de sus padres o la falta de asistencia o control médico, los niños han experimentado sensaciones de angustia importantes a partir de la falta de seguridad causada por la pandemia.
¿Qué hacer?
Recordemos que, como padres, somos los responsables de proveer y promover la salud física y emocional de nuestros hijos, aún en tiempos tan complejos como este, alguno de los consejos que pueden seguir para aliviar los sentimientos negativos de sus hijos son:
- Mantener a los niños en contacto social con personas de su círculo social y familiar, ya sea por video, llamada por teléfono o manteniendo la sana distancia.
- Encontrar formas novedosas y adecuadas para festejar cumpleaños, fechas o eventos importantes del niño.
- Tratar en medida de lo posible de mantener una rutina.
- Escuchar, alentar y promover la expresión de sentimientos.
- Mantenerlos informados con información precisa y adecuada para su edad de la situación actual y lo que usted espera de él en este momento.
- Enseñarles con pasos simples rutinas para mantenerse saludables, como lavado de manos, uso de mascarilla y gel antibacterial.
- Estar atento a los cambios de conducta.
- Tranquilizar a los niños en cuanto a su seguridad y bienestar.
Hay que recordar que las repercusiones de esta pandemia en los niños van a depender mucho de su edad y personalidad, sin embargo, no hay mayor experto en sus hijos que usted mismo, si nota cambios inusuales en la conducta, personalidad o forma de expresarse de sus hijos no dude en buscar ayuda con expertos de la salud mental infantil como pediatras o psicólogos infantiles.