La cuenta regresiva para la Navidad ha comenzado y seguramente tus hijos ya hicieron su carta a Santa Claus con una larga lista de regalos que esperan recibir, pero ¿sabes cuál es el número adecuado que deberías darles?
La respuesta es cuatro, sí así como lo lees, cuatro es la cantidad perfecta y no ocho, diez o una docena de cajas llenas de juguetes.
Este número se debe a la regla de los cuatro regalos que proponen expertos en niños, la cual consiste en comprarles cosas, basadas en los siguientes principios:
- Algo para usar
Los niños crecen demasiado rápido y con frecuencia se debe renovar su clóset, así que una de tus primeras opciones para regalarles debe ser una chamarra, un pantalón, un suéter, unos zapatos, unos tenis o algún complemento. - Algo para leer
Si bien la tecnología arrasa en estos tiempos, no olvides la importancia de fomentar en ellos el hábito de la lectura; recuerda que un libro es la llave a la puerta de la imaginación y los enriquecerá más que un juguete. - Algo que realmente desee
De seguro tus hijos tienen la ilusión de recibir todo lo que pidieron pero debes enseñarlos a ser más selectivo; es decir, a que elijan un regalo, el que más deseen; esto también les ayudará en sus decisiones futuras. - Algo que necesite
Por último, no pueden faltar los útiles escolares, productos de aseo o alguna herramienta para sus clases extraescolares; esta es una buena forma de enseñarles a valorar esas pequeñas cosas que están acostumbrados a recibir a diario de mamá y papá.
El propósito de estos cuatro regalos es apostar por la calidad antes que la cantidad, lo cual resulta un fuerte desafío y más cuando se trata de niños pequeños.
Y es que, ellos siempre querrán tenerlo todo, pero al dárselos lo único que lograrás es que pierdan el valor de lo que tienen.
Más regalos = niños más vacíos
Al momento de realizar las compras pregúntate si tus hijos realmente disfrutan esa avalancha de regalos o si los valorarán.
Casi siempre la respuesta es no. De acuerdo a un estudio, en esta época los niños reciben 10 veces más obsequios de los que necesitan; al final terminan jugando con los juguetes de siempre e incluso, con las cajas de cartón de estos.
Una de las razones es que ante tantos regalos pierden la ilusión y entre más reciben más vacíos se pueden sentir.
Recuerda que la época navideña no solo es sinónimo de juguetes y los niños tienen la gran capacidad de ver más allá de lo que un adulto lo hace.
Por ejemplo, la ilusión de ver las casas, calles y tiendas decoradas con cientos de luces; los villancicos o el ritual de las cenas en familia.
Lo anterior será sin duda un recuerdo que atesorarán más que una pila de juguetes.
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