Eduardo Lara, quien es conocido también como “Chester McKlein”, no considera que él ni su esposa sean unos héroes, sin embargo, la acción que hicieron al perseguir a una mujer que robó un auto con un bebé a bordo y rescatar a la criatura de un destino incierto, tras una persecución, dice todo lo contrario.
En entrevista con Norte Digital, menciona que él y su esposa Güera Fuentes, son de corazón juarense y hacen su vida en ambos lados de la frontera –en Juárez tienen un restaurante denominado La Finca de Carlota–.
El pasado sábado al mediodía, estaban en un loca lde lavado de autos en El Paso, Texas, cuando fueron testigos de un hecho inusual que los puso a prueba.
Repentinamente, oyeron lel rechinar de las llantas de un vehículo y escucharon a una mujer que gritaba que era su auto el que se estaba llevando alguien que subió sorpresivamente cuando dejó las llaves pegadas.
Menciona que inicialmente pensó “ah, se lo están robando”, pero no creyó que fuera tan grave, porque a final de cuentas, la mayoría de las unidades cuentan con un seguro, sin embargo, todo cambió radicalmente cuando la víctima empezó a decir que su bebé iba a bordo y los gritos eran cada vez con mayor desesperación.
En lo que pensaba qué hacer, fue su esposa Güera, quien se adelantó y dijo “súbanse”, para referirse a él y a la hija de ambos, que los acompañaba.
“Yo como padre, trato de proteger y quedarme un poquito más al margen, pero ya cuando oi que dijo ‘súbanse, vamos’ yo dije ‘vamos’. Como buenos mexicanos, nos subimos a la camioneta, arrancamos, recogimos a la mamá del niño que estaba a la salida del car wash un tanto desconsolada por lo que había pasado”, indica.
Agrega que empezaron a buscar el carro, pero realmente no veían nada y hubo un momento en que ya estaban perdiendo la esperanza de hallarlo, sin embargo, por intuición, Güera empezó a seguir un camino que se imaginó hubiera sido el que tomó la presunta ladrona.
Mientras iban en el camino, la madre del bebé gritaba y decía que no iba a volver a verlo.
Señala que con los nervios al borde marcaron al número de emergencias 911, pero los pusieron en espera y el tiempo les parecíó demasiado.
Indica que también le preguntaron a la madre del bebé que si conocía a la delincuente, para estar seguros de que no se trataba de un pleito de custodia o algo por el estilo.
Cuando se cercioraron de que no la conocía y que realmente era una situación de mucho peligro, decidieron seguir apoyando, pensando incluso en echar a perder su propio vehículo con tal de lograr el objetivo.
“La verdad, llegó un lapso de segundos donde empezamos a perder la fe porque no veíamos nada y ya estábamos dudando si le dimos para el lado correcto y el carro se había metido en otro lado”, refiere Eduardo.
Afirma que de repente, vieron el vehículo dando vuelta en una de las calles y su esposa le preguntó a la otra mujer si era su unidad y al asentir, le aceleró para tratar de alcanzarlo.
Dijo ‘ve y estámpatele’, “la verdad la reacción de ella era de desesperación, de recuperar a su hijo a como diera lugar”.
Anota que se metieron en sentido contrario por una de las vialidades, accionando el claxon y prendieron las luces para alertar a los demás automovilistas.
Aclaró que hicieron una serie de maniobras para tratar de que se detuviera, como cerrarle el paso, sin embargo, seguía huyendo y empezó a acelerar más, hasta que vieron que iban tan rápido que intuyeron que iba a perder el control de la unidad, y así ocurrió.
En una curva, chocó contra el cordón de la banqueta, chocó contra unos vehículos, se metió a un parque y empezó a buscar una salida, pero no la encontró y entonces se regresó para chocar con otros automóviles, donde bajó corriendo.
“Ya cuando vimos que paró el carro y ella se bajó corriendo. Yo también me bajé tras de ella ahora sí que a perseguirla, y la alcancé a unos pocos metros de ahí y la sometí”, expresa.
Dice que también existía la posibilidad de que la persona estuviera armada o drogada y lanzara un eventual ataque, no obstante, decidió continuar.
Externa que otras personas que estaban en el parque lo ayudaron a inmovilizar a la mujer, hasta que llegó la Policía y se hizo cargo.
En el mismo parque fue donde la madre afectada se reencontró con el bebé, en un momento que desgarró el corazón de todos los presentes.
La mujer hasta entonces fue que empezó a sentir los dolores en su cuerpo, ya que había sido atropellada cuando la ladrona huyó del local de lavado de autos, pero debido a la adrenalina y al intenso amor por su hijo, no sentía nada.
Después de abrazar a su hijo y ser subida a una camilla para irse al hospital, se despidió de Güera Fuentes, también con un emotivo abrazo, por haber arriesgado su propia vida al conducir de forma tan valiente para ayudar a una persona desconocida en una situación de emergencia.
Tras el paso de las horas, tanto Güera como Eduardo, reflexionan sobre lo que pasó en tan pocos minutos, donde están seguros que no volverán a ser los mismos.
Sin embargo, pese al riesgo, no se arrepienten y están convencidos de que solo hicieron lo que tenían que hacer cuando se les necesitó, porque también tienen una hija y harían cualquier cosa por ella.
Explica que algunas personas les han ofrecido en redes sociales diversos obsequios para premiar su heroísmo, como tratamientos faciales, comidas y otras cosas, dependiendo del giro de sus negocios, pero les han respondido que no es necesario nada de eso.
Los llena de satisfacción y felicidad saber que el pequeño niño está con su madre de regreso, a salvo, y ambos en buen estado de salud.
Por todo eso valió la pena correr el riesgo, mencionan.
“Somos de Juaritos, somos guerreros y yo creo que otros hubieran hecho lo mismo”, comenta con humildad Eduardo, mientras está al lado de su esposa.
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