El exsecretario de Comunicaciones y Obras Públicas del Gobierno del Estado y exalcalde de Juárez, Gustavo Elizondo Aguilar, mencionó que el “narcotúnel” para atravesar el río Bravo, fue una gran obra de ingeniería que requirió de la participación de expertos, para garantizar que no se fuera a colapsar, ante los cientos de toneladas de cemento que conforman la canalización del afluente.
Quien fue el encargado de Obras Públicas a nivel estatal entre 2018 y 2021, explicó a Norte Digital que una construcción como la recién descubierta por autoridades de México y de Estados Unidos, forzosamente se hizo bajo la complicidad de algún Gobierno, por el nivel de descaro que se requirió, además de opinar que lo más seguro es que hay otros túneles en otros puntos para atravesar de Juárez a El Paso.
Mencionó que el túnel ubicado casi a la altura del marcador 28 del muro fronterizo y la Plaza de la Mexicanidad, se tuvo que planear con bastante tiempo, porque se tuvo que calcular la carga que iba a resistir, ya que actualmente es un área que está embovedada.
Indicó que el peso es muy alto, a diferencia de lo que sería llevar a cabo un túnel por debajo de la tierra sin trabajar, es decir donde no le han metido mano anteriormente.
“Aquí ya hay obra por encima del túnel, entonces tuvo que haber sido desde haber hecho el trazo de manera superficial para poder llevar a cabo la excavación”, subrayó Elizondo Aguilar.
Quien también fue presidente municipal de Juárez entre 1998 y 2001, comentó que otro aspecto importante a considerar, es cómo pudieron haberse deshecho de las cientos de toneladas de tierra que salieron del lugar, al estar escarbando, mismas que no descartó pudieron haber sido sacadas tanto por Juárez como por El Paso.
Elizondo Aguilar señaló que lo de la energía eléctrica que debieron haber utilizado es lo de menos.
Consideró que las autoridades, de ambos lados, debieron haberse dado cuenta de una obra de esa magnitud, al igual que las personas que regularmente pasaban por el lugar, al observar cuando sacaban esas cientos de toneladas de tierra.
Subrayó que de no haber sido una buena construcción, se pudo haber derrumbado o desplomado el material y eventualmente aplastado a personas abajo.
“Tuvieron que haber participado personas con experiencia en construcción, esto no lo hace alguien si no tiene formación de un ingeniero, porque es elemental que se requiere cierta estructura, para soportar las cargas a lo largo de todo el recorrido, tanto en el área internacional como en el área mexicana y norteamericana”, afirmó.
A manera de broma, agregó que ya nomás faltó que pidieran permiso a Obras Públicas o Desarrollo Urbano, para que les autorizaran, porque todo parece indicar que cumplieron una serie de requisitos de los que normalmente se cumplen en las obras públicas.
Elizondo Aguilar consideró que “es una burla” que se haya realizado un túnel de esa naturaleza, donde las autoridades de ambos lados de la frontera dicen no haberse dado cuenta.
“Se habla que cruzaron (migrantes) indocumentados, pero igual pudieron haber traído armas, porque el túnel era de ida y vuelta y cruzar droga y todo lo que hubieran querido”, anotó.
El exfuncionario público cuestionó cuánto tiempo estuvo operando el pasadizo secreto, lo cual deberán determinar las autoridades en las investigaciones.
Mientras tanto, el entrevistado refirió que la duda es cómo se deshicieron de la tierra que iban escarbando.
“Si estás avanzando un metro lineal, donde el ancho son dos metros y de altura son otros dos metros, entonces estás hablando de cuatro metros cúbicos”, dijo.
Multiplicados por los 40 metros de largo que mide el túnel aproximadamente, serían unos 160 metros cúbicos, que equivaldrían a 160 toneladas, al calcular que cada metro cúbico pesa una tonelada.
Finalmente el secretario de Comunicaciones y Obras Públicas del Gobierno del Estado señaló que seguramente no tenían a mucha gente trabajando para no llamar la atención y debieron tardar en la excavación entre uno y dos meses.
Al principio, seguramente utilizaron iluminación de baterías y ya después se conectaron al alumbrado público, señaló.
Subrayó que tuvo que haber complicidad, tal vez por omisión, al darse cuenta de la obra y permitirla.
Enfatizó que así como se descubrió la existencia de este túnel, es muy probable que pudiera haber otros más que atraviesen el río Bravo en otros puntos.
“Y quienes hicieron este túnel seguramente ya son profesionales hoy por hoy y ofrecen los servicios en cualquier ciudad o en cualquier cruce fronterizo”, opinó.
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