La presión que ejerce el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que México combata a los cárteles de la droga y frene el tráfico del fentanilo, no son sino una excusa para tomar ventaja en las relaciones comerciales con otros países, sin embargo, hay un impacto en el tema de seguridad, porque las autoridades mexicanas están respondiendo con detenciones, decomisos y extradición de capos, señaló el criminólogo Óscar Máynez.
Explicó que, para empezar, por la frontera con Canadá, ni siquiera se da tráfico de fentanilo, lo que deja al descubierto la realidad referida.
Dijo que Estados Unidos tiene una deuda brutal y lo que va a ocurrir es que dicha deuda se va a incrementar, porque van a extender los impuestos a los millonarios y como estos no quieren pagar, la intención de Trump es seguirlos subsidiando.
“Detrás de todo esto está un sistema oligárquico codicioso, el país está endeudado y no le quiere aumentar impuestos a los millonarios, entonces tienen que buscarle por otro lado, por eso están recortando los beneficios sociales de la población, por eso quieren recuperar dinero de las tarifas, es lo que está detrás y lo demás son excusas”, subrayó.
Acerca del tema en México, Máynez comentó que no hay duda de la presencia del crimen organizado, pero llama la atención cómo el Gobierno puede de forma exprés extraditar a cabecillas del narco, desmantelar laboratorios y controlar las fronteras si se decide a hacerlo.
“Es algo que se puede hacer, pero no se hace… es penoso que nosotros pudimos y debimos hacerlo, (pero) ahora lo estamos haciendo por presión extranjera, es lo que más cala, es lo más vergonzoso”, subrayó.
El criminólogo resaltó a su vez que “nadie les está metiendo a fuerzas las drogas en la nariz a los norteamericanos, ya que Estados Unidos tiene un problema tremendo de consumo”.
Anotó que el consumo de drogas no es el problema, sino el síntoma, porque “el problema tiene que ver con la frustración, la falta de oportunidades, la inequidad social, la mente materialista, la influencia de los medios, son muchos los problemas que tiene”.
Explicó que no es un secreto que Estados Unidos es el país que más consume drogas, siendo también el país más rico, que tiene a su vez centros de investigación que pueden abordar el tema desde un punto de vista racional-científico y que aún siguen en ese camino que produce cada vez más adictos.
Subrayó que la drogadicción en dicho país es entonces resultado de la cuestión socioeconómica, cultural, entre otros factores.
Indicó también que el propio EU ya está resintiendo internamente el problema de sus políticas, porque a pesar de que no están yendo a buscar a los campos agrícolas a los indocumentados para deportarlos, dichas personas que trabajan ilegalmente allá han dejado de acudir a trabajar por temor.
Respecto a México, Máynez insistió en que, aunque no se van a eliminar los cárteles de la droga, se les puede reducir su poder a un nivel aceptable.
Externó que lo debió haber hecho el Gobierno de México desde hace mucho, pero no lo hizo y ahora se actúa por presión externa.
El criminólogo opinó que algunos de los laboratorios de producción de droga, los mismos narcos los estarían “poniendo”, para jugar su parte y que el Gobierno presuma que está trabajando.
También dijo que, aunque algunos mexicanos pueden estar opinando que es indignante un posible injerencismo por parte de un Gobierno extranjero para combatir a los narcos de este país, otro sector de la población que se vea afectada por ese poder desmesurado que tienen dichos grupos, estarían alegres de que entren y los eliminen.
Puso de ejemplo a las personas que están siendo desplazadas de sus comunidades, o a quienes los integrantes del crimen organizado les desaparecen familiares.
Explicó que ese tipo de personas avalarían de inmediato la entrada de “los gringos”.
Recordó que en algún momento algunos juarenses llegaron a proponer que vinieran los “cascos azules de la ONU” a combatir la criminalidad.
Por otra parte, Máynez comentó que EU tiene operaciones encubiertas en México desde hace mucho tiempo y su característica es que no le piden permiso a nadie, de tal forma que no descartó que esto siga ocurriendo de igual manera o con mayor intensidad.
Consideró que EU debe tener una radiografía de los grupos criminales de México muy completa, incluso con ubicaciones satelitales y solo es cuestión de que decidan si hacen alguna detención o intervención.