Mujer juarense de 70 años tiene medio siglo sin pavimento… y su calle no está incluida en el presupuesto 2020

Después de 50 años de vivir en el fraccionamiento División del Norte, y de ver pasar a más de 20 alcaldes por el despacho de la presidencia municipal , Toñita Cano, con 70 años cumplidos, no sabe lo que es salir de casa a una calle pavimentada.

Norte Digital consultó con la dirección de Obras Públicas y pudo corroborar que la calle donde ella vive -de no más de 500 metros de longitud- no está incluida en el presupuesto 2020 que los regidores del Ayuntamiento de mayoría independiente aprobarán este mes.

Datos oficiales indican que actualmente hay por lo menos mil 393 calles sin pavimentar en la ciudad, como la de Toñita.

En buen estado, solo 20% del pavimento

A noviembre de 2019 la administración de Armando Cabada había pavimentado 307 calles de un total de mil 700 que existían cuando inició su primer periodo en el año 2016, lo cual implica que aún están pendientes de arreglar el 80 por ciento de las calles. 

Tal vez por representar una necesidad tan mal atendida por administraciones anteriores es que Cabada solo se quiso o se pudo comprometer a pavimentar 500 calles en los tres años de su actual periodo.

En las matemáticas oficiales ese compromiso implica 166 calles por año, que si se comparan con las 182 que -dijeron- arreglarán al final de 2019, les dan la ilusión de que están cumpliendo su “meta”.

Pero para Toñita y sus vecinos ese número no significa nada.

Parada frente a su casa, después de barrer el tramo que le toca, ella se siente decepcionada por tanta indiferencia.

“Yo sí me siento poquito mal; yo por mí -si tuviera- ponía una banquetita, algo, pintaba mi casa, porque a mí gracias a Dios sí me gusta tener más o menos, tanto adentro como afuera, porque como le digo, es un batidero”, comenta después de referir que cada temporada de lluvia o agua nieve el lugar se convierte en un lodazal.

Otro problema es cuando llegan las tolvaneras. Por tanto polvo la calle es intransitable para quienes como ella deben caminar para salir a realizar sus actividades cotidianas.

A pesar de todo Antonia mantiene su casa en buen estado. Reparó el techo, puso piso de cerámica y paga todos sus servicios.

Sobre lo que no hace el Gobierno local -ironiza- “póngale que no nos ponga cerámica, pero ya de perdido que nos ponga poquito cemento ahí (en la calle)”. 

Entre un café que le ofreció al reportero y la próxima carga de la lavadora, la mujer recuerda que cuando su familia llegó, el lugar era un caserío de pobreza extrema, entre el eje vial y una colonia invadida por el Comité de Defensa Popular (CDP) de Pedro Matus.

Al frente de las casas no había más que un establo y una lechería.

Piden nuevo pavimento tras reparación de drenaje

“Cuando pasaba algo íbamos a la 19 y traíamos la policía ahí donde después pusieron las Sabritas”, recuerda.

Actualmente la policía solo pasa una vez, a las 4:00 de la mañana, y no vuelve a pasar. 

Hoy como hace 50 años la calle es de tierra y el alumbrado deficiente. Solo seis de cada diez lámparas encienden.

La cuadra de terracería donde viven ella y otras 20 familias se llama General Toribio Ortega, colinda al sur con General Genaro Vázquez y desemboca en la encementada que baja del puente Manuel Soto, al que la gente conoce como el puente inútil o el puente “de oquis”.

Alrededor Toñita ha visto cómo se pavimentan colonias completas, pero la falta de planeacion y ordenamiento urbano dejó lunares de abandono, olvidados, como donde ella vive.

Mal trabajo mantiene el pavimento arrugado

Incluso hay obras urbanas en las que administraciones municipales ocuparon miles de toneladas de concreto, como un dique para aguas pluviales y el referido puente “de oquis”, que conecta la zona del Parque Industrial Juárez, conocida como las maquilas del cinco, con el bulevar Oscar Flores.

Ese parece el denominador común en Ciudad Juárez: construir infraestructura para que la industria pueda funcionar y dejar en el olvido a las personas que viven aquí, muchas de ellas son las mismas que aportan la mano de obra en las fábricas.

-¿Toñita, ustedes se sienten olvidados?, se le pregunta antes de terminar la breve entrevista.

“Pues poquito, sí. Casi no vienen para acá; poquitos olvidados, sí. Fíjese, ya están más aluzadas las colonias aquellas de las orillas”.

“Ya pusieron pavimento, les pusieron luz (…), y aquí que es fraccionamiento; yo para mí, yo veo que le dicen fraccionamiento pero para mí, no tiene cara de fraccionamiento”, responde.

Nada va a cambiar este año

A pregunta expresa del reportero, la dirección de obras públicas municipales confirmó que la calle donde vive Toñita no se incluyó en el presupuesto de 2019.

Para incluirla en el de 2020, que está por aprobarse este mes, los vecinos tendrían que hacer una petición formal por escrito, refirió la dependencia a través de su oficina de prensa, lo cual significa que tampoco para 2020 hay esperanza.

“Podemos hablar de calles dentro de la zona periurbana y fuera de la zona de contención; calles que durante años representaron nudos viales al interior de colonias urbanizadas”.

“El universo de proyectos es amplio; por ello se han tomando en cuenta varios aspectos al momento de desarrollar una obra de este tipo, entre ellos las solicitudes cuidadas y a su vez estudios de movilidad interna de las colonias”, explicó Rafael Chavez, responsable de la oficina de prensa de la dependencia.

Por ejemplo -agregó- hay colonias que quedaron en medio de zonas completamente urbanizadas, incluso en medio de vialidades principales, como donde vive Toñita, que en su interior carecen de pavimento.

Así están la Nuevo Hipódromo, La Cuesta, El Granjero, el fraccionamiento División del Norte o Anapra; de acuerdo con Obras Públicas en total son unas 60 colonias en esta frontera, en la misma situación.