Hace unas dos semanas terminé de leer con mis hijos Momo (1973), de Michael Ende (Garmish-Partenkirchen, 1929-Filderstadt, Alemania, 1995) y nos gustó mucho. Ende tiene otras obras narrativas como cuentos, novelas y obras de teatro, entre las que destacan Jim Botón y Lucas el Maquinista (1960) y La historia interminable (1979), de la que se realizó una versión cinematográfica. Recibió en un par de ocasiones el Premio Alemán de Literatura Juvenil.
Momo cuenta la historia de una niña muy particular, quien da título a la novela. Ella es muy buena para escuchar y por eso la gente quiere pasar tiempo con ella, además de que tiene muy buena imaginación para crear juegos e historias. La novela se ubica en un futuro hipotético en que las ciudades se han concentrado todavía más en ciertos centros de trabajo y se han olvidado del descanso, del ocio, del juego, de tal suerte que el anfiteatro de la ciudad ha quedado abandonado y en ruinas, ahí es donde vive Momo y juega con sus amigos.
Los adultos de esa ciudad cada vez tienen menos tiempo, pero cuanto más hacen por optimizar el mismo, cada vez tienen menos tiempo. Ellos no saben que todo es obra de los hombres grises, quienes andan por las calles y tratan de pasar desapercibidos, vestidos de gris, con sombrero, maletín y un pequeño cigarrillo gris; se trata de agentes que se dedican a eso, a engañar a la gente para que ahorre tiempo, pero al final se los roban y lo almacenan para provecho propio.
La novela cuenta con varios personajes interesantes, como Beppo Barrendero, un hombre tranquilo que se dedica a esa labor; Gigi Cicerone, un joven al que le gusta contar historias de todo tipo y otros niños que se reúnen en el anfiteatro. También está el enemigo de los hombres grises, el maestro Hora y quien auxiliará a Momo a escapar de los hombres grises cuando la consideran una amenaza, ya que expone a uno de ellos y se entera de sus planes, me refiero a la tortuga Casiopea, que tiene la curiosa cualidad de prever con antelación de unos 30 minutos el futuro. Sin duda es una obra que pueden disfrutar chicos y grandes, tal como quería Michael Ende, así que aquí está la invitación para leer en este verano una gran novela acerca del tiempo, de la convivencia y de la vida.
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