La artritis reumatoide afecta a más de 23.7 millones de personas en todo el mundo.
Esta enfermedad inflamatoria crónica autoinmune de causa desconocida, daña principalmente las articulaciones pero también puede incluir otros órganos del cuerpo.
Sus síntomas aparecen poco a poco: rigidez por la mañana, dolor e hinchazón articular de manos, pies, rodillas, tobillos y codos; y con menor frecuencia: debilidad generalizada, fatiga y fiebre.
La rigidez que causa la artritis reumatoide puede mejorar con el movimiento y la actividad física; mientras que, tiende a empeorar cuando se está en reposo prolongado.
Esta enfermedad afecta a personas de cualquier sexo, aunque mayormente a las mujeres, y no solo la padecen los adultos de edad avanzada, también existen casos de niños y jóvenes.
Como mencionamos anteriormente, su causa es desconocida pero estudios recientes han demostrado que algunas personas tienen una tendencia hereditaria a desarrollarla, debido a ciertos marcadores genéticos en la superficie de las células.
Su diagnóstico temprano es fundamental, ya que de no ser tratada a tiempo, puede producir destrucción articular, discapacidad física y alteración de la calidad de vida.
Ante cualquier señal, es importante acudir con un médico reumatólogo para iniciar con el tratamiento adecuado.
Mitos y realidades
M: Solo afecta a las articulaciones / R: Afecta a los órganos principales, incluyendo a los pulmones, el corazón y los ojos
M: Se presenta solamente en personas mayores / R: Puede atacar a cualquier edad
M: No hablar de los síntomas, quiere decir que no se sufre / R: Esta enfermedad puede causar dolores insoportables pero las otras personas no siempre lo notan
M: Cuando se pierde una función motriz particular, no hay forma de recuperarla / R: Con el tratamiento adecuado se puede recuperar la función motora
M: Los cambios en el estilo de vida no mejoran el dolor / R: Si son los correctos tienen un gran impacto a favor
Hoy en día no existe un tratamiento curativo, solo se mantiene la capacidad funcional y calidad de vida de las personas con las siguientes recomendaciones:
- Dar descanso a las articulaciones de 8 a 10 horas nocturnas y de media a una hora durante el mediodía
- Hacer ejercicios regulares para mantener la fuerza y movilidad de las articulaciones
- Llevar una dieta sana que incluya alimentos que disminuyen la inflamación articular como los pescados grasos (salmón, trucha y atún), frutas y verduras (arándanos, brócoli, espinacas, tomate, cerezas, piña, aguacate), frutos secos y aceite de oliva.
Fuente: www.arthritis.org
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