Ciudad Juárez es la frontera donde el Estado no manda. Autoridades y delincuentes confabulan colocando a cientos de migrantes en una situación de mayor vulnerabilidad.
Los roban, extorsionan, secuestran, violentan, en un contexto donde los policías son los principales agresores, incluso antes que los narcos.
La orden Jesuita, asentada recientemente en Juárez, realizó el “Diagnóstico de necesidad de acompañamiento. Ciudad Juárez, Chihuahua”, que develó una peligrosa relación de funcionarios de los tres órdenes de Gobierno con integrantes de grupos del crimen organizado.
Una realidad de la que poco se habla.
No se pierda la segunda parte de Migrar al norte: Camino a la vida, un reportaje de Norte Digital: https://nortedigital.mx/migrar-al-norte-parte-2/