La amenaza de Donald Trump, para intervenir de forma física o remota en territorio mexicano contra cárteles de la droga, podría llevarse a cabo, incluso de forma unilateral, aunque con implicaciones para ambos países, expusieron a Norte Digital especialistas en temas de política internacional.
Durante su campaña, el presidente electo de Estados Unidos prometió que enviaría a sus fuerzas especiales para asesinar o secuestrar a narcotraficantes en México; después de ganar las elecciones su equipo evalúa “una invasión suave”, que consiste en el envío de tropas encubiertas con ese fin.
La estrategia en ciernes incluye ataques aéreos con drones contra la infraestructura del narco o los laboratorios de drogas, así como expediciones de entrenadores militares y asesores.
“Eso termina siendo otra amenaza, evidentemente tiene otra serie de implicaciones de derecho internacional; lo puede decir, lo puede plantear, pero para que pudiera suceder tiene que haber un acuerdo con el país donde se va a llevar a cabo”, expone Rodolfo Rubio Salas, profesor investigador en la Dirección Regional de El Colegio de Chihuahua.
Consideró que de todas las amenazas vertidas por Trump con relación a México, esa es la que le parece más complicada o difícil de concretar, porque tienen que existir acuerdos entre los Gobiernos de México y Estados Unidos para implementar este tipo de estrategias.
Acerca del uso de drones para bombardear ubicaciones del crimen organizado, indicó que Estados Unidos estaría invadiendo el espacio aéreo de otro país y para poder hacerlo debe de tener un permiso del Gobierno Mexicano.
Cuando Estados Unidos ha llevado a cabo este tipo de acciones en Medio Oriente u otros lugares del mundo, se trata de zonas de guerra declaradas donde está interviniendo esa nación y, de alguna manera, hay un aval para implementar ese tipo de mecanismo.
“Creo que lo que va a suceder es lo que ha ocurrido durante muchos años, va a haber procesos de colaboración y de apoyo. Me parece muy difícil y complicado que una amenaza de ese tipo pueda llevarse a cabo”, consideró.
Su opinión, aclaró, se genera desde lo que se considera normal, con escenarios factibles, otra cosa será que Trump cumpla con sus advertencias.
Si las realiza se tendría toda una serie de implicaciones diplomáticas e intervencionistas.
“Un país tiene que pensarlo mucho en términos de si lo va a hacer o no”, dijo.
Trump ahora sí entrará al conflicto de las drogas, actuará unilateralmente
Desde la perspectiva del doctor Luis Antonio Payán Alvarado, director del Centro México del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston, Texas, y profesor investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), la presión de Trump sobre México estará presente desde el inicio.
Más porque desde su primera administración no le prestó tanta atención al conflicto de las drogas, casi todo se confinó al tema de las personas en condición de tránsito.
En ese sentido, continuó, el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue muy astuto porque logró hacer una relación binacional cautiva de la migración, lo que le permitió no prestarle atención al tema del fentanilo en México, que es muy serio.
“Creo que en esta ocasión, Trump sí le va a poner mucha atención, ahí es donde México tendrá que doblar las manos y cooperar. No será suficiente con decomisos de fentanilo en Sinaloa, lo que ya comenzó a hacer Sheinbaum Pardo para dar una señal, no será suficiente”, declaró.
La problemática, añadió, se va a medir a través de la disponibilidad del fentanilo en las calles de Estados Unidos y en el número de estadounidenses que están muriendo por sobredosis debido a esa sustancia.
“Habrá una presión. Si el Estado Mexicano no dobla las manos en este sentido, me parece que el Gobierno de Estados Unidos sí va a actuar unilateralmente”, mencionó.
Recordó que la tecnología para incursionar remotamente existe, ya se observó cómo el Gobierno de Estados Unidos ejecutó operaciones a distancia desde Colorado y Nuevo México en Afganistán, con drones que dirigen ataques muy específicos en contra de individuos, instalaciones o casas.
“Sin botas en el suelo” en acción
Sí México no colabora, insistió, Estados Unidos podría iniciar un programa, que no tiene que ser “botas en el suelo” por así decirlo, o una invasión.
No se habla de soldados estadounidenses ingresando al territorio mexicano, sino de que es totalmente posible llevar a cabo acciones remotas, atacando laboratorios en diversas partes de México o a individuos que pudieran estar identificados como narcotraficantes enemigos de ese país.
El Departamento de Estado, que será dirigido por Marco Rubio, un partidario de Trump, pudiera declarar a gran parte de estas organizaciones del narcotráfico mexicanas como terroristas, lo que le permitiría a Estados Unidos intervenir remotamente en su contra sin el consentimiento del Gobierno Mexicano.
“Creo que aquí lo que vamos a ver, lo predigo, es que Claudia Sheinbaum va a doblar las manos para prevenir pasar a la historia como alguien que le dio acceso a los Estados Unidos”, dijo.
Una medida de esa naturaleza es rechazada por el Gobierno de México porque se considera que el expresidente, Felipe Calderón Hinojosa, les dio demasiado acceso a los estadounidenses.
“Creo que aquí sí va a ser claramente una colaboración en donde ella tiene que doblar las manos y comenzar un nuevo programa en contra del crimen organizado”, enfatizó.
El Gobierno de México, agregó, va a estar en una posición muy difícil, no solo porque, si omite cooperar, va a permitir una intervención indirecta o remota de los Estados Unidos.
La disyuntiva de Claudia Sheinbaum
“Si colabora con Estados Unidos, obviamente creo que hay algún tipo de vínculo entre miembros del crimen organizado en México y Morena, entonces va a crear unas grietas políticas entre la clase criminal y la clase política gobernante de México”, explicó.
La situación va a poner a Sheinbaum Pardo en una situación en la que va a tener que elegir entre acciones unilaterales por parte de los Estados Unidos bajo su Gobierno, o enfrentar una fragmentación entre esa alianza tácita que parece existir entre el crimen organizado y el Gobierno en México, un tema que tendrá que dirimirse este año.
“El Gobierno de Trump tiene muchísima información de estos vínculos entre la clase política y la clase criminal en México, una de las cosas con las que Trump ha amenazado es publicar los nombres de quienes están coludidos o participan activamente con el crimen organizado. Eso yo creo que sí puede pasar”, indicó.
Es muy posible, continuó, que Trump tenga o vaya a tener información privilegiada del departamento de Estado, de la CIA, del FBI, del Departamento de Justicia o de la DEA y que, si México no colabora, empiece a revelar que tal gobernador tiene vínculos con delincuentes o que algún presidente municipal o secretario de Estado mantiene relaciones con esos grupos.