La iniciativa de reforma al Código Penal del Estado para castigar con cárcel el robo de catalizadores pasará a revisión de una mesa técnica.
Esto con el fin de valorar si los efectos negativos que esta práctica ocasiona en materia ambiental son lo suficientemente elevados para justificar la modificación.
De acuerdo a la diputada María Antonieta Pérez, el criterio existente hasta el momento sólo se basa en calificar al catalizador como una autopartes más.
“No se está viendo desde la perspectiva ambiental, y los efectos que el robo de los catalizadores tiene en materia de contaminación”, afirmó la legisladora.
La iniciativa propuesta por la fracción de Morena en el Congreso, plantea penas de hasta seis años de cárcel para quien realice esta ilegal práctica.
El motivo, según la legisladora morenista, es por el notorio incremento en las cifras de robo de catalizadores que se registra actualmente en la ciudad.
El robo de catalizadores convierte al vehículo en foco contaminante; si no empezamos a tomar medidas a nivel particular no podremos cumplir con las políticas ambientales planteadas por la ONU”, reiteró.
La agenda global 20-30 de la ONU expone 17 objetivos de desarrollo sustentable, entre los cuales está bajar el nivel de contaminación.
De acuerdo a la diputada, el robo de catalizadores convierte al vehículo en foco contaminante.
El documento presentado al Congreso expone que aunque parezca increíble, nuestro código penal regula a los catalizadores de manera general como accesorio de auto.
“Esto quiere decir que le da el mismo valor a un retrovisor, una copa de un automóvil que a un catalizador”.
Castigar con penas más severas a quienes comercialicen lotes de catalizadores
Para la legisladora, la aprobación de penas más severas permitirá ir directo contra quienes comercializan lotes completos de catalizadores, porque eso fomenta el robo de éstos.
“Cómo será de grave que a tres cuadras del Congreso así, a la luz pública, tenemos un panorámico que anuncia la compra de catalizadores”, destacó.
Esta práctica ilegal afecta a vehículos nuevos o usados, cuyos propietarios se convierten en víctimas anónimas de un delito que por ahora es considerado menor.
Datos periodístico muestran que el robo de catalizadores se encuentra al alza en la ciudad.
Esto ocurre a nivel de talleres mecánicos y estacionamientos públicos, entre otros.
Son perpetrados por parte de grupos organizados que en cuestión de minutos, armados con seguetas, pueden despojar del catalizador a un auto estacionado.
En cuanto a talleres mecánicos, muchos propietarios o empleados de los mismos abusan de la confianza de la clientela cuando dejan su auto para reparación.
El catalizador reduce el nivel de contaminantes arrojados al ambiente por los autos como monóxido de carbono, óxido de nitrógeno e hidrocarburos degradados.
Su estructura consta de una carcasa de acero inoxidable compuesta de celdas de cerámica en forma de colmena, recubiertas por una capa amortiguadora.
Las celdas están forradas de metales preciosos como el paladio, rodio y platino, que son reutilizables, y por tanto valiosos para su extracción y venta.
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