Ícono de la gastronomía asiática, el ramen es uno de los platos que más seduce al paladar con su fusión de sabores.
Esta deliciosa creación que celebra su día cada 25 de agosto, se preparó por primera vez en China y para el siglo XVIII llegó a Japón, donde ganó gran popularidad.
El ramen comenzó a exportarse a este país tras la Segunda Guerra Mundial, considerado un alimento base de su población, al ser nutritivo, sabroso y económico.
En la actualidad, a los fideos se suman infinidad de ingredientes de acompañamiento como huevos hervidos, nori, wakame (alga), rebanadas de cerdo, cebollín, naruto y verduras hervidas.
Tipos, según su caldo
Shoyu
Es el más común y el más consumido en Tokyo. Su base es la soya; el caldo es de pollo, mariscos, cerdo o ternera. Se prepara con tallarines rizados.
Shio
Su forma más antigua, solía utilizarse en las sopas chinas, base del ramen japonés; suele combinar el pollo con cerdo y algas.
Miso
La versión más reciente y popular. El caldo es más espeso y dulce; lleva ingredientes como el maíz, pavo o pollo con un toque de soya.
Tonkotsu
Traducido como ‘hueso de cerdo’, debe su nombre a la forma en que se prepara el caldo, la cual consiste en la ebullición del hueso y la grasa de cerdo; este proceso tarda hasta 20 horas.
6 pasos para disfrutarlo como un experto
- Toma tus palillos.
- Come los fideos primero, antes de que se vuelvan demasiado suaves.
- Con ayuda de los palillos toma los fideos y con la cuchara recolecta el caldo.
- Acerca tu rostro al plato y sorbe los fideos, ¡sí!, no temas al ruido que esto provoque.
- Enseguida, come el resto de los ingredientes.
- Haz llegado a la parte final, levanta el tazón y termina con todo el caldo.
¿Sabías que…?
El nombre de este plato que celebra su día el 25 de agosto se compone de las sílabas ‘ra’ que significa artesanal y ‘men’, fideos.
