Hacia el siglo IV d.C. Juvenco (Gayo Vetio Aquilino Juvenco), poeta latino nacido en Hispania, le dio un tratamiento épico a los evangelios en su obra Liber evangeliorum o Libri evangeliorum quattor, la que ha sido conocida con el título de Historia evangélica, debido a la edición que hizo Aldo Manuzio en 1502, pero que quizá podría traducir como El libro de los evangelios. Aunque en su intento por crear una épica cristiana lo remonta a modelos homéricos, lo cierto es que se basa sobre todo en Virgilio.
Juvenco divide su obra en cuatro libros, como los evangelios del Nuevo Testamento, pero no se corresponden con la presentación bíblica: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Lo que hace el poeta latino es desarrollar la vida de Cristo tomando pasajes de los diferentes evangelios para contar una sola historia, así leemos el inicio con el nacimiento de Jesús, sus milagros, sus parábolas y el último libro culmina con la resurrección y con el elogio del emperador romano Constantino.
La influencia virgiliana es cambiada por Juvenco, quien le da un matiz cristiano, ya no aparecen las musas, sino el Espíritu y los atributos a Júpiter se los adjudica a Dios Padre, por ejemplo; aunque también hay muchos vocablos que se emplean directamente de los evangelios escritos originalmente en griego.
Es una obra que provoca un acercamiento distinto a estas historias tan conocidas, pero que son tratadas con una intención totalmente poética y no como aquellas que sirven de guía que buscaban dar cuenta de la vida de Jesucristo, pero sin preocuparse tanto por el estilo. De esta manera, podemos leer que describe a Satanás en la tentación en el desierto de esta forma: “Entretanto el incitador de horrendos crímenes le dice tentándolo”. Aquí emplea un epíteto a la usanza de la épica clásica para señalar al diablo.
Otro pasaje que puede destacarse es aquel en que Jesús cita palabras del libro de Isaías a propósito del encarcelamiento de Juan el Bautista: “Para aquellos que permanecen en la sombra de la muerte surge un gozo esplendoroso proveniente de la luz nutricia de la fe”. En el libro del profeta alude a la profecía del nacimiento del Mesías y que se unen en la conmemoración próxima de la Navidad, es decir, el festejo del nacimiento del Salvador. Juvenco así, propone una épica que bien vale la pena leer incluso sin ser creyente.
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