Un ataque armado en plena vía pública terminó con la vida del delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Tamaulipas, Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, la tarde de ayer lunes en Reynosa.
El atentado ocurrió sobre el Bulevar Miguel Hidalgo, una de las avenidas más transitadas de la ciudad fronteriza, a la altura del fraccionamiento Las Quintas. Vázquez Reyna circulaba a bordo de una camioneta Cadillac negra cuando fue interceptado por un grupo armado que le arrojó una granada y posteriormente disparó con armas de alto calibre.
A pesar de que el vehículo contaba con blindaje, la explosión provocó que se incendiara. De acuerdo con testigos y videos que circularon en redes sociales, el delegado logró salir de la unidad, pero fue alcanzado por una segunda ráfaga de disparos mientras intentaba escapar a pie.

En una de las grabaciones se observa cómo un joven intenta rescatar el cuerpo entre las llamas, sin que fuera posible salvarle la vida. La escena, estremecedora, refleja el nivel de violencia y descomposición que atraviesa Tamaulipas.
El ataque generó una jornada de pánico en Reynosa: se reportaron balaceras, bloqueos y movilización de fuerzas federales en distintos puntos de la ciudad, incluidos los sectores Jarachina Norte y Sur, Viaducto Reynosa y Bulevar Mil Cumbres, reportaron medios de comunicación.
La Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas confirmó los hechos y estableció coordinación con la FGR para apoyar en las investigaciones. En su cuenta oficial, señaló que el ataque fue dirigido contra una persona presuntamente servidora pública federal.
Horas después, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, condenó el crimen y expresó su respaldo a la familia de la víctima: “Reiteramos nuestra total disposición para coadyuvar con la Fiscalía y el Gobierno de México en la búsqueda de justicia y la construcción de la paz”.
La guerra por el territorio
Vázquez Reyna era delegado de la FGR en el estado desde 2018. Su asesinato ocurre en un contexto de alta disputa entre grupos del crimen organizado por el control del territorio, y evidencia el grado de impunidad con el que operan las células delictivas incluso en espacios públicos y a plena luz del día.
Hasta el momento, ninguna autoridad ha informado sobre detenciones ni líneas claras de investigación.
Este hecho se suma a la larga lista de ataques contra funcionarios encargados de combatir la criminalidad en Tamaulipas, uno de los estados más golpeados por la violencia. La sociedad civil exige resultados, pero las respuestas institucionales siguen siendo escasas frente al poder de fuego de los grupos armados.