La inversión extranjera en México, trae consigo grandes beneficios, que ponen de manifiesto la confianza y la rentabilidad para empresas que deciden invertir en el país.
Además, también acarrea beneficios para las regiones donde se asientan estas inversiones, ya que realizan importantes inversiones que se traducen en derrama económica, equipamiento, infraestructura, tecnología, y lo más importante, la generación de empleo.
La inversión extranjera emplea a muchos mexicanos, les ofrece condiciones favorables y seguridad social; llena, además, el vacío que las empresas nacionales o el Gobierno no han podido satisfacer.
Muchas de las empresas extranjeras, incluso, ofrecen beneficios adicionales como educación, sistemas de salud, guarderías, transporte, esparcimiento familiar, crecimiento, nutrición y más.
El balance de beneficios de la inversión extranjera para el país es positivo. Tan solo la industria maquiladora emplea a más de dos millones de personas en regiones como Tijuana, Ciudad, Juárez, Tamaulipas, Nuevo León y el Bajío.
¿Con tantos beneficios a la vista es posible que también tenga su lado negativo depender en gran medida de la inversión extranjera? Podríamos decir que también tiene sus inconvenientes, los cuales deben de ser identificados para reducir los impactos negativos en las regiones donde se asientan y en economía.
Lo malo de la inversión extranjera:
1.- Moldean la economía y la dinámica de ciertas regiones absorbiendo la fuerza laboral disponible en lugares de gran concentración como Ciudad Juárez, Tijuana, Matamoros y Guanajuato.
2.- Influyen en la agenda de la ciudad aumentando la prioridad en temas de logística, educación, cruces internacionales, producción y abasto, opacando otras prioridades de las ciudades como seguridad, emprendimiento, transporte, turismo, etc.
3.- Al ser empresas extranjeras están limitadas a involucrarse en temas nacionales que pudieran interpretarse como injerencia en el País, así que grandes temas como la inseguridad, infraestructura urbana, reordenamiento y políticas públicas, por lo general, no participan ni se involucran, dejando a otras instancias estas iniciativas y teniendo como justificante que es responsabilidad del estado limitándose a cumplir con obligaciones hacendarias y normativas. Son contadas las empresas de inversión extranjera que se involucran más allá de iniciativas intramuros.
4.-Las regiones de alta concentración de inversión extranjera mantienen altos índices de fuga de cerebros, ya que es un espacio propicio para la búsqueda de talento para reforzar otras divisiones de las empresas asentadas en México. Además, del éxodo de ejecutivos que va diezmando la expansión de una clase media con mayor poder adquisitivo.
5.- Poca proveeduría, ya que las inversiones extranjeras se especializan en la manufactura y sus centros de abasto, diseño, compras corporativas, transferencia de tecnología, ingeniería, toma de decisiones corporativas y otras actividades sensitivas no se encuentran en México
6.- En México las ciudades con mayor concentración de inversión extranjera se mantienen frecuentemente como las ciudades más violentas de México y en ocasiones del mundo.
No hay una correlación entre la violencia y la inversión extranjera, sin embargo, es algo que merece mayor análisis.
Necesario es un análisis a fondo sobre si las empresas extranjeras debieran involucrarse más en las prioridades nacionales y simultáneamente lograr los objetivos comerciales y de negocios por los que están en el país.
Esta sería una buena fórmula para asegurar el crecimiento de la inversión extranjera en el país y para que no llegue a convertirse en un lastre donde los inconvenientes vayan opacando los grandes beneficios.
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