Muchas veces se piensa en que las novelas que cuentan historias y se alejan de las referencias literarias son mejores, quizá es cuestión de gustos. A mí sí que me agrada encontrarme con referencias literarias en las obras que leo, siento que piso sobre caminos conocidos, que veo ciertos gestos y rostros familiares, y si esa apuesta está acompañada con otros juegos de ingenio literario pues qué mejor. Esto me pasó con Los ingrávidos (2011), de Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983). Luiselli es una narradora, ensayista y traductora que tiene ya varios años residiendo en Nueva York. Algunas de sus obras son La historia de mis dientes (2013), Los niños perdidos (un ensayo en cuarenta preguntas) (2016) y Desierto sonoro (2019).
Los ingrávidos es una novela muy agradable de leer en que se plantea la historia de una escritora y editora que vive en Nueva York, con su esposo, su hijo y luego se embaraza en el transcurso del relato. Ella y su hijo dicen que hay un fantasma en la casa. Este apunte tiene relación con Ezra Pound, quien ve a su amigo en una estación del metro, meses después de que hubiera muerto en el frente de batalla. La narradora, escritora-editora, está escribiendo una novela sobre la vida de Gilberto Owen durante su estadía en Nueva York, para ello hace investigación en bibliotecas y archivos, donde encuentra correspondencia y reúne varias notas para llevar a cabo su empresa. A la vez el lector asiste al proceso creativo de la novela y las diferentes líneas de escritura. Esta novela de Luiselli recuerda en cierto sentido el Libro vacío, de Josefina Vicens, puesto que se va desarrollando la obra en la medida en que se plantean las estrategias narrativas.
Como señalaba, por las páginas de Los ingrávidos, desfilan nombres y alusiones a autores como los de Hemingway, Virginia Woolf, William Carlos Williams, García Lorca y Louis Zukofsky. La estructura intercalada hace que la lectura sea fluida y ligera, aunque al principio hay un extrañamiento porque no se sabe qué ocurre poco a poco se va entendiendo el entramado y la superposición de planos de la ficción con la realidad.
La novela no sólo es una muestra del virtuosismo de Luiselli, sino que se trata de un viaje hacia el pasado y hacia la vida de los escritores en el mundo editorial, y en el extranjero, así como sus vidas cotidianas. Anímense a pasar un buen rato leyendo Los ingrávidos.
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