Incentivos perversos, malas prácticas agrícolas, aguachicoleo y clientelismo electoral, son los males que han sumido a los ríos y sus afluentes en una escasez endémica, que mantiene enfrentados a Federación, Estado y agricultores, quienes se disputan un «agua de papel» que no existe físicamente en sus caudales.
Esta disputa tuvo como resultado la pérdida de la vida de Jéssica Silva, quien fue baleada junto con su esposo, Jaime Torres, quien quedó herido, horas después de participar en la toma de la presa La Boquilla.
«Nosotros nos mantenemos al margen porque es un tema muy político, aunque en el fondo no lo es, pero ya es político. Lamentamos que se pierdan vidas humanas por esta situación, es triste, pero lo más triste es que es un problema que pudimos haber previsto»
Mauricio de la Maza/ Medioambientalista
De la Maza, trabajó por cinco años en la zona Centro-Sur de la entidad, en proyectos de medio ambiente y es presidente de la asociación Pronatura, quien participó en la aplicación de herramientas de identificación de salud para los humedales de Chihuahua, para el río Conchos y el río Bravo, además de sus afluentes.
¿Quieren encontrar culpables?
«No se trata de que si liberales, que si agricultores; si queremos echar culpas tenemos que ir a la Revolución Verde en los años Setenta, cuando empezó el boom de la cuestión hidráulica y esto que se llamó la suficiencia alimentaria con una perspectiva de recursos ilimitados«, explica.
Y en aquel tiempo sí lo eran, había menos población, muchas áreas agrícolas por expandir pero también era un hecho que la población estaba creciendo, entonces empezó aquello de que la «familia pequeña vive mejor, ahora sabemos que íbamos hacia el abismo», enfatiza.
Indica que los ríos necesitan de entre un 12 a un 14 por ciento de su agua en su afluente para renovar el ciclo hídrico, sólo que desde hace muchos años está por abajo de esa porcentaje, por lo que muchos de sus tramos ya están secos.
Agua de papel, agua que no moja
«Los derechos que reclaman los agricultores no se pueden satisfacer y digo derechos entre comillas, porque no hay con qué, porque ¿de dónde sacan más agua? El agua es limitada y en Chihuahua llueve lo que llueve, no hay de donde sacar más»
Advierte el experto
Indica que el cambio climático es una realidad, ahora llueve menos y hay más sequías Existe más población y las últimas décadas no se ha tecnificado el campo y remarca: «por no decir en los últimos sexenios, para no politizar el problema aún más».
«En los últimos 50 años y hasta la fecha se han otorgado incentivos perversos, no para fomentar la productividad y la competitividad, sino para fines de control político de los agricultores, que ahora los mandan a este enfrentamiento como carne de cañón», fustiga.
Asegura que tanto la Federación como el Estado, subsidian las malas prácticas agrícolas y no los han ayudado a ser más productivos, con más tecnología para producir más con menos y más bien las políticas públicas han sido electorales en el sector agropecuario, agrega.
«Antes lo podíamos aguantar, pero ya reventó el cuete, ya reventó el hilo, ya no da para más, hay más agua de papel que agua en el río, lo que llamo agua que no moja, eso es lo absurdo, se disputan agua que no existe más que en sus títulos de concesión», señala.
De la Maza advierte: «no salvaguardamos el agua que requiere el sistema hidrológico en lo que es el río, para que se esté regenerando. El tramo de Jiménez ya lo secamos. Hay tramos de los afluentes del Río Bravo en el estado de Chihuahua que ya están secos, porque los matamos y no sólo viene de la administración pasada y de ésta, viene desde más atrás».
El tratado de 1944 se cumple sí o sí
De la Maza agrega: «Es un tratado que se tiene que cumplir, estamos obligados porque es la ley ¿Qué pasó? Que en los últimos 5 años México ha quedado a deber. Se tiene que entregar cerca de 400 millones de metros cúbicos a Estados Unidos y el plazo se vence en agosto,».
«Todos están obligados a ceder, todos tienen que sacrificar algo, porque deben entender que no queda de otra, por lo que deben buscar un esquema de compensación, sin arrojarse culpas», advierte el especialista.
«No existen opciones, aunque los agricultores se cierren y digan: Ni madre, el agua es de nosotros y no les vamos a dar una gota de agua, la verdad es que no existe opción, deben entender que tienen más agua en el papel que en los caudales de la entidad».
Terminar el ‘aguachicol’ y tirar el popote
El experto dio a conocer que entre el 80 y 90 por ciento del agua que corre por el río se lo lleva la agricultura en el estado, lo cual consideró como «injusto», dado que existe la tecnología para resolver el problema.
«Y eso lo hacen a costa del medio ambiente y del agua que las personas necesitan para beber, para bañarse, lavarse los dientes, entonces lo que estamos haciendo es colapsar el sistema», advirtió.
Señaló que tanto la Federación y el Estado, cuenta con la información precisa de los volúmenes de agua que los agricultores se roban, justo como en el huachicol, por lo que «es terrible, porque hay pérdidas por ineficiencia y por robo».
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