Patricia Mayorga, periodista de Revista Proceso exiliada por amenazas de muerte del crimen organizado y falta de garantías de seguridad en Chihuahua, responde tres preguntas planteadas por NORTE, a dos años del asesinato de su compañera y amiga Miroslava Breach Velducea.
¿Qué se debe expresar como periodistas, a dos años del homicidio de Miroslava?
Tenemos una deuda bien grande por supuesto con Miroslava que tanto dio y que tanto nos dio al gremio. Creo que nos falta estar más cohesionados, nos falta sacudirnos el miedo, la apatía, la inercia, porque eso se ve reflejado en nuestro trabajo también. Desde hace una década Chihuahua y desde hace más años todo México, viven una etapa muy siniestra respecto del periodismo y por supuesto que esto impacta en el ánimo de los periodistas, somos personas, tenemos familias y obviamente el mensaje claro es infundirnos miedo y callarnos. En muchos de los casos ha sido un resultado adverso para quienes han intentado callarnos y que han intentado infundirnos miedo porque hemos seguido, hemos continuado. A lo largo y ancho del país vemos más periodismo independiente, realmente independiente, a pesar de las condiciones adversas no solo de la violencia del crimen organizado sino del mismo estado, del mismo gobierno municipal, estatal, federal que cada periodista vive; y de las empresas, que también ellas tienen su interés que generalmente es económico y por lo tanto se mueven bajo esa premisa para dictar lineas editoriales o para publicar o dejar de publicar lo que conviene al medio. Le debemos todavía mucho a Miros y a otros compañeros que han perdido la vida o que los han matado en el ejercicio del periodismo. Creo que falta un periodismo más robusto, más libre, más analítico, y que podamos ir de la crítica en redes sociales, reuniones o el café, a la tele, al papel o a la radio donde nos esperan muchos lectores y audiencia. Esto no quiere decir que no haya esfuerzos. Yo de verdad que admiro el esfuerzo que muchos de ustedes estando allá siguen y siguen con más fuerza. Son muy pocos pero están y siguen y yo creo que son inspiradores y a mi que estoy acá en la distancia me dan fuerza y me dan rumbo.
¿Cómo podríamos resumir en pocas palabras tu experiencia de dos años de exilio?
Mi experiencia acá afuera ha sido tremendamente dolorosa pero de mucha fuerza y sí te puedo decir con convicción que el haber cubierto comunidades indígenas, sobre todo, haber convivido incluso con Miroslava, conocer su temperamento, su misma historia, esta fortaleza que yo creo que a muchos inspira, y ese ser provocador, incorruptible, que no tan fácil se quebraba a pesar de su gran sensibilidad, inspira y te hace fuerte. Te puedo decir que desde que salí de Chihuahua no he dejado ni un solo día de sentir fuerza, de tener claridad en qué quiero y voy a continuar en esto, y que quiero estar cerca de Chihuahua y quiero estar cerca de mi gremio. En cuanto a las autoridades te puedo decir que hasta ahora que yo sepa el gobierno estatal jamás me ha reconocido como víctima. Te cambian, te destrozan la vida y ya a uno le toca agarrar sus pedacitos y armarla y recomponerla de nuevo. Institucionalmente no ha habido un acercamiento, un interés por saber cómo estoy o de informarme a mi o a mi familia el proceso para regresar o no regresar. Son dos años que se suman a la impunidad que hay en todo el estado, de indiferencia, de simulación, de justicia, de intereses políticos o partidistas sobre vidas humanas, sobre la misma justicia, que han alimentado la impunidad y la corrupción aunque la quieran disfrazar de moralidad.
¿Pudo el periodismo chihuahuense recuperar el aliento y seguir denunciando el tipo de temas que denunciaba Miroslava o de plano nos quedamos impávidos?
Creo que en la gran mayoría de los casos estamos hablando todavía de instrucciones de las empresas, de un interés más económico que periodístico, pero eso no demerita el trabajo de compañeros que están en cada uno de los medios de comunicación que hacen su trabajo en la medida que el medio les permite. Pero si quiero destacar que hay esfuerzos independientes muy muy buenos y que le están apostando a un verdadero periodismo ahí en el estado. Creo que ha costado posicionar estos temas que Miroslava manejaba pero ahí van. Creo que otros periodistas que estaban en otras regiones están entrando, como en tu caso, u otros que ya estaban ahí. Creo que nos falta mucho por avanzar. Creo que sobre todo en lo general creo que ha habido poca autocrítica después del gobierno de César Duarte, de saber qué nos pasó como gremio y reconocer que sí hubo censura y no tanto por lo que se publicó, sino lo que se dejó de publicar. Creo que también nos falta voltear a vernos como gremio, como personas, como compañeros, y en la medida que se pueda, entender que estamos viviendo otra época, ya no podemos hacer el periodismo cuidando así a toda costa la exclusiva, que por supuesto que es válido hacer, pero el periodismo colaborativo es lo que nos va a salvar.
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