Terminada la fiesta de las bodas de oro el añoso marido se fue a dormir. A poco de haber conciliado el sueño lo despertó su mujer. “¿Qué quieres?” –preguntó el esposo. “Nada –contestó ella–. Vuelve a dormir’’. Una hora después lo despertó de nuevo. “¿Ahora qué quieres?” –se molestó el señor