La experiencia de leer La Feria (1963) de Juan José Arreola (1918-2001) es parecida a deambular por las calles o por el kiosko o mejor, por entre la multitud que se encuentra en una feria de pueblo, en este caso de Zapotlán el Grande. Esta es la forma en la que el lector se enfrenta a esta novela, construida a base de fragmentos y de diferentes voces, de diferentes personajes, un herrero, un cerero, las confesiones frente al cura, las diferentes mujeres de la localidad, entre otras.
En esta obra se lee acerca de la fundación del pueblo, de eventos históricos, de la cultura popular, los dichos, las canciones, las dinámicas pueblerinas, las rencillas con su pueblo vecino de Tamazula, hay una denuncia constante por el abuso hacia la comunidad indígena y el despojo de tierras que sufrieron a manos de distintos personajes, desde la conquista, la colonización, hasta los tiempos modernos.
Entre todos los temas y aspectos que podrían tratarse aquí, destaco el fragmento en que parece que se está confesando todo el pueblo y entonces se confunden las voces y el lector se entera de todos los pecados, todas las faltas que cometen los pobladores, ahí se ven los vicios, miedos, filias y fobias, en un concierto de voces que se confunden, pero que dan vida a todo Zapotlán el Grande. Curiosamente este fragmento inicia mencionando un elemento y cierra con él, como si fuera un círculo, una plaza o quizá también un ciclo que se reinicia cada vez y que no tiene fin. Aquí está la cita en mención:
“— Me acuso, Padre, de Todo. ¿Cómo que de Todo? Sí, de Todo, de todo… Yo no puedo absolverte así nomás de todo… Barájamela más despacio… Pues ái le va… Me acuso, Padre, de que me robé una peseta, me acuso de que le falto al respeto a mis mayores, de que soy mercader de peso falso y amigo del fraude, de que engaño a mi marido el ferrocarrilero cuando se va de corrida,…” y así continúa la mención de diferentes asuntos. El pasaje finaliza de esta forma: “Bueno, Padre, ya le dije que me acuso de todo… ¿De todo? Me acuso Padre de que me robé una peseta…”.
De esta forma se da la idea de la circularidad, de los ciclos, como cualquier pueblo, ciudad o país, así podemos internarnos en esa voces que nos cuentan su historia en La Feria.
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