Tras haber participado en las elecciones a presidente municipal abanderando al Partido Pueblo, Jaime Flores Aguirre, mejor conocido como Máquina de Fuego, señala que el resultado de la elección y la forma en la que observó cómo se movieron las estructuras políticas locales de la ciudad, no representó algo nuevo para él.
Al final del día, destaca que el resultado y las “marranadas” hechas por Morena hicieron que el candidato de la coalición Sigamos Haciendo Historia se llevará la alcaldía por una ventaja arrolladora.
Sin embargo, de manera más personal, el político y rapero destaca que competir por la alcaldía sí significó un crecimiento personal en muchos aspectos: volver a conectar con la gente en la calle, aprender a “matizar” su discurso para que más personas lo entiendan, reaprender a hablar de política fluidamente ante las cámaras, son algunas de las lecciones que Flores Aguirre adquirió durante su tiempo de campaña.
Aunque afirma que, políticamente hablando, fue una oportunidad perdida porque enfrentó a “gente muy incompetente”. No obstante, es un paso importante haber entrado y comenzar a romper las estructuras en las que antes no era bienvenido.
También se sincera y destaca que fue un reto el enfrentarse a que, como candidato a la alcaldía, ya no estaban cerradas todas las puertas.
Fotos: José Zamora
El foro de la UACJ y cómo la rabia alimenta su discurso
El foro universitario de candidatos a la alcaldía de la UACJ era un día que Máquina de Fuego tenía marcado en el calendario. Como estudiante, asegura que la universidad nunca atendió sus correos con solicitudes en los que pedía distintas cosas, como su cambio de campus al ICSA mientras estudiaba Derecho en Ciudad Universitaria.
Además, había notado que la universidad estaba demasiado politizada y que era una contradicción enorme que la institución educativa le pusiera más atención ahora que era candidato que cuando era estudiante.
Tenía todo el discurso preparado, una tiradera digna de Residente o cualquier otro gran rapero. No obstante, algo pasó durante los minutos previos a que comenzara su turno en el foro:
“Estoy muy acostumbrado a que la gente me subestime, a que espere poco de mí y siempre he usado eso como combustible para ser más combativo, pero ahí fue todo lo contrario; los vatos fueron tan amables conmigo, me dieron un recibimiento tan cálido, que me apagaron”, relató.
Flores Aguirre señala que fue un proceso complicado el darse cuenta de la necesidad que tiene de estar contracorriente para dar su discurso y aseguró que fue una dura lección, debido a que está convencido que su mensaje va más allá de que él sea bienvenido dentro de los distintos sectores sociales.
“Tengo que acostumbrarme a mantener mi línea de discurso en lugares donde ya no se me va a ver hacia abajo. Estaba muy acostumbrado a combatir verticalmente y ya voy a tener que aprender a combatir en la horizontalidad”, recalcó.
Un sorprendente tercer lugar y la historia de cómo entró al Partido Pueblo
Al hablar del resultado obtenido, Flores Aguirre se siente satisfecho y asegura que, tomando en cuenta las circunstancias, que se trataba de un partido recién nacido y que se gastaron menos de 100 mil pesos en la campaña, el tercer lugar en las elecciones fue un resultado extraordinario.
Aunque Máquina cuente con una base de millones de seguidores en sus distintos espacios de redes sociales, refiere que el primer obstáculo que tuvo que sortear fue que sus números en redes sociales no necesariamente representaban la cantidad total de votos que iba a obtener.
Si bien es cierto que fue gracias a las redes sociales que pudo tener un mayor alcance y llegar a ser conocido hasta en distintos lugares del país, la realidad es que, sin la maquinaria política de los otros partidos, era una misión prácticamente imposible.
No obstante, presume con orgullo a esas 40 mil personas que tacharon su nombre en la boleta y que confiaron en su discurso y por las que continuará trabajando para que tengan mejores condiciones de vida.
Aunque sostiene su rechazo hacia la política partidista y señala que las elecciones deberían ser por candidatos y no por partidos, asegura que los partidos son necesarios y cree que entre más haya, habrá una mayor representación dentro de la sociedad.
Es por eso que se unió al Partido Pueblo, uno de tantos que lo invitó a formar parte y cuya única condición fue que lo dejaran “ser él mismo” y que no trataran de cambiar su imagen y lo que esta representaba.
En este punto, la modestia brilla por su ausencia y destaca, con números en manos, que si el partido aún pelea por su registro dentro del estado, en gran parte se debe a él y a los votos que logró juntar dentro de su Ciudad Juárez.
Sus estimaciones indican que alrededor de un 83 por ciento de los sufragios que obtuvo en Pueblo en Chihuahua, se debieron en gran parte al trabajo que hizo durante la campaña.
Sin embargo, confiesa que está lejos de ser un “hombre de equipo” y que, aunque es militante, no comparte muchas de las ideas, posturas o acciones de sus compañeros de partido.
Un radical en un partido de “centro”
En el aspecto ideológico, Flores Aguirre tiene un discurso radical, revolucionario, mientras que la entidad política, al menos en el resto de Chihuahua, demostró ser un partido con ideas de “centro”.
Además, acusó que hay al menos dos integrantes de Pueblo que estaban “negociando” cargos políticos.
“Estos güeyes ya con esos votos están tratando de conseguir puestos y a ver qué les dan. Entonces eso no me gustó. Si están tratando de negociar con ustedes los de Pueblo, nada más tengan bien claro, tendrán ahí sus cosas y sus números, pero no soy yo. Si alguien de Pueblo se les acerca a los partidos grandes, que, a negociar, yo no estoy ahí. Yo no negocio con Morena ni con Cruz”, declaró.
Pese a ese trago amargo, indica que todavía hay gente valiosa en el partido y por la que vale la pena seguir luchando a su lado.
Una regiduría que se queda en casa y los planes a futuro
Con los cómputos finalizados, y a la espera de que los tribunales electorales confirmen de manera oficial el resultado del pasado 2 de junio, con el 6 por ciento de los votos obtenidos, el Partido Pueblo recibiría al menos un escaño de regiduría plurinominal al interior del Ayuntamiento de la ciudad.
En las negociaciones que Flores Aguirre tuvo con Pueblo, acordó que, sabiendo que la alcaldía era algo prácticamente imposible, quería tener un puesto seguro para alguien de su confianza en caso de conseguir los votos suficientes para alcanzar una regiduría. Pueblo accedió y en el primer lugar de la lista puso a Luz Clara Cristo, su novia, casi esposa.
Al hablar de ella, sus ojos y su semblante son el de un típico enamorado que está feliz no solo porque está a punto de confirmar en el altar el lazo que los ha unido por más de 10 años de relación, sino también por la victoria política conseguida y la nueva aventura que emprenderán, ahora dentro del servicio público.
Comparte que Luz Clara y él tienen una visión del mundo e ideologías políticas muy similares, por lo que su discurso será una continuación de los puntos que estableció mientras estaba en campaña.
Además, asegura que será su asesor y que continuamente estará rondando los pasillos de la Presidencia Municipal con la intención de incomodar y hacer que los funcionarios dentro del Ayuntamiento sientan la urgencia de estar haciendo bien su trabajo.
Transparentemente clara
También subraya que esta es una “oportunidad única” para dejar huella e incluso para enseñar a la ciudadanía sobre la importancia que tiene un regidor. Luz Clara creará una página en distintas redes sociales donde aseguran que compartirá su día a día y las principales funciones que desempeñará como regidora local.
“Vamos a enseñarle a la gente qué es un regidor, qué hace, todo el trabajo que esté haciendo durante estos próximos tres años, porque para mí es muy importante la transparencia en los servidores públicos. Voy a mantener lo que dije en la campaña y le voy a ser fiel a mis principios, y nada más, hasta que me lleve la chingada”, mencionó.
Sobre sus planes a futuro, mencionó que, además de casarse con Luz Clara, seguirá creando contenido a través de redes sociales, pero ahora más enfocado en la política. Aspira a seguir estudiando acerca de las políticas públicas y, por qué no, escribir y publicar acerca del tema.
Si bien descarta un poco su carrera como rapero, expresa que muy probablemente escriba algunas canciones de protesta y de otro tipo, pero más como una forma de expresión artística.
Entre sus sueños y más grandes aspiraciones, está el ganar una elección. Puntualiza en que su pasión está en la legislatura y que le gustaría un escaño dentro de una Cámara de diputados, local o federal, pero tampoco se ha retirado del todo de la carrera por la Presidencia Municipal. “Lo que sigue, es estudiar mucho, seguir leyendo para no ser como Cruz y Loya, escribir, publicar, ser un político real. En lo electoral no voy a estar siempre, definitivamente, pero en lo político, sí. Estudiar, eso siempre lo he hecho y atentar contra el status quo. A mí me van a ver muchas veces derrotado, pero jamás resignado”.