Los libros siguen siendo maravillosos desde la antigüedad, por supuesto, siempre hay unos mejores que otros, así como los públicos a los que están destinados, sobre todo de un tiempo para acá. Me refiero a que desde hace décadas se han editado, publicado e incluso creado premios para libros infantiles o juveniles, lo que está muy bien. No quiere decir que este tipo de libros tengan una menor profundidad o que solo los puedan y deban leer menores de edad, ya que muchos de estos libros son amenos, divertidos, desbordantes de imaginación que nos llevan a regresar al paraíso perdido de la infancia y los sueños en vigilia.
En esta entrega quiero hablar del libro Paquimé: la ciudad de las casas grandes, escrito por María Yolanda Argüello Mendoza e ilustrado por Margarita Sada. Retomando este último punto, justo es uno de los elementos que vuelven atractivos estos libros, su parte visual, puesto que atrapan a los lectores, los conmueven y emocionan o incluso los espantan. En este caso, las ilustraciones de Sada son muy atinadas, permiten seguir la lectura en ese contexto del noroeste del estado de Chihuahua y poder imaginar cómo sería la ciudad de Paquimé en el momento de su esplendor.
En cuanto al texto de Argüello Mendoza, es un texto sencillo, que a través de esta historia de una niña en la escuela que recibe una clase sobre la ciudad de Paquimé, se deja llevar por la imaginación y ya no sabe si se quedó dormida, pero deambula como citadina paquimense por sus calles, por sus edificios y da cuenta de aspectos históricos, culturales y sociales de esta ciudad prehispánica del norte de México, tan cercana a nosotros en este estado.
La protagonista de la historia es una niña de la que nos sabemos su nombre y platica en su ensoñación con Plumita, su guacamaya, de quien nos explica cómo es que llegaba un ave endémica de otras latitudes hasta ese espacio con características climáticas tan diferentes o cuáles eran las medidas que tomaban en invierno. Además, explica cómo Paquimé se convierte en este centro urbano y comercial entre poblaciones tan distantes como las del centro de lo que hoy es México y las del norte de donde provenía la turquesa. Es un estupendo libro para acercarse a la historia de las casas grandes de Paquimé.
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