“Eva” empezó a refugiar animales en su casa y todos creyeron que solo la movía la compasión por esos seres vivos, abandonados, dejados a su suerte en calles o amarrados en patios.
Pero no era solo eso. Su propio instinto de conservación estaba exacerbado, alterada toda su percepción de la realidad, al grado de la depresión y la ansiedad, por el maltrato psicológico al que era sometida por su pareja.
Muchas de estas personas —mujeres— empiezan a buscar un objetivo de vida, porque muchas de ellas están a punto suicida, teniendo una depresión crónica.
Entonces salen a la calle y ven que hay animales por dondequiera, y los empiezan a rescatar como si se estuvieran rescatando a sí mismas.
Así lo explica Alicia Flores, fundadora y directora de lo que ella misma define como un centro educativo denominado Ecocanis, conocido por su activismo en contra del maltrato animal.
Alicia, de acuerdo con lo que ella misma refiere, pasó de ser una cuidadora de animales, víctima de violencia de género, a dedicarse a enseñar a las personas cómo tratarlos y también cómo cuidarse a sí mismas.
En Ciudad Juárez, dice, hay más de 3 mil casas donde se da refugio a animales, y según el registro de Ecocanis, más del 90 por ciento son atendidas por mujeres.
Debajo de esa cifra se esconde el agresor: un hombre que infringe violencia física contra los animales que ellas cuidan, como una táctica para someterlas.
“Lo que hace el agresor, su pareja, es desquitarse con el animal, lo que no le puede hacer a ella porque sabe que lo meten a la cárcel”, explica.
Sentada en la banqueta, en un barrio donde los perros callejeros forman parte del paisaje, Alicia sostiene que se trata de una estrategia disfrazada para someter a la mujer.
Ella —la cuidadora— entra en ese círculo de violencia donde —afirma— los animales se convierten en su sostén emocional, al grado de que ya no quiere ni siquiera darlos en adopción.
“(Tenerlos) se vuelve para ella un motivo de sobrevivir”, advierte.

Violencia de género, el germen oculto
Alicia contó que “Eva” ayudó a miles de animales, pero también fue víctima de violencia de género a manos de su esposo.
Dijo que, en ese caso, el hombre torturaba y maltrataba a los animales del albergue, y ella, por temor a que se los quitaran, no pedía ayuda.
Con los años su salud mental empezó a deteriorarse y desarrolló un apego a los animales que provocó que, ella misma, incurriera en un esquema de maltrato animal por la manera como los tenía.
“Casi todos los rescatistas lo hacen de esa manera: me llevo solo uno más, uno más y uno más… y así hasta sumar desde 20 hasta 200 animalitos”, relató.
Alicia es originaria de las tribus apaches chiricahuas que se desarrollaron en el Paso del Norte y ahora vive en una casa que también fue refugio de animales, a pocos pasos de las vías del tren.
Bajo el sol de la mañana —todavía fresca por el aire helado del frente frío que este fin de semana llegó a la frontera— dijo que la historia de “Eva” terminó de forma abrupta.
Se apropió de una casa abandonada, la llenó de perros y todo se salió de control.

Mujeres rescatistas, víctimas de violencia
Hace poco, personal del Departamento de Atención y Bienestar Animal (DABA) se llevó todos los animales que “Eva” tenía en jaulas. Las heces fecales tenían un centímetro de grosor sobre el piso.
La mujer no se daba cuenta de que ella misma ya se había convertido en una persona que estaba violentando a los animales, porque desarrolló una patología conductual, señaló Flores.
El problema —dice Alicia— es que esto no está sucediendo con una sola mujer, “sino con la mayoría de las rescatistas”.
“Las rescatistas que están manejando albergues o casas con animales están teniendo problemas con ansiedad y depresión, y muchas de ellas —más del ochenta por ciento— son víctimas de algún tipo de violencia de género”, alerta.
La idea de Ecocanis —añade— es trabajar en colaboración con el Municipio para capacitar, con psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales, a los agentes de DABA y de Ecología. El plan es, a futuro, llegar a todos los empleados de departamentos gubernamentales que tengan contacto con animales, señala.
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