Es cierto que se escribieron varias novelas consagradas a dar cuenta de uno de los grandes conflictos que hemos vivido como país: la Revolución Mexicana. No obstante, la referencia obligada es Los de abajo (1915) de Mariano Azuela (Lagos de Moreno, Jalisco, 1873-Ciudad de México, 1952). Esta novela se publicó en la imprenta del periódico El Paso del Norte que estaba en la calle Oregon, en El Paso, Texas, a dos cuadras del puente internacional Santa Fe. Aunque ya no es una imprenta, hay una placa en el edificio que se puso para conmemorarla y todavía puede verse.
Mariano Azuela escribió otras obras, como Andrés Pérez, maderista (1911), entre otras, pero Los de abajo es la novela que le dio la fama y la que fungió como parteaguas para las novelas de la Revolución posteriores. En ella se narra la historia de estos soldados provenientes de los estratos bajos, aquellos que no sabían de ideales, solo les interesaba tener algo que comer y poseer. En la novela nos enteramos de los abusos de las tropas, de la inutilidad de la guerra, del desencanto de la misma porque al final nomás van a ser otros dueños u otros quienes ejerzan el poder, también está presente la rapiña, el rapto de mujeres.
La obra tiene momentos poéticos, incluso podríamos hablar de cierto modernismo, pero ya estamos ante una novela que se asume como moderna, más preocupada por la acción, en la que las descripciones ya no son tan prolijas como las de un Rafael Delgado o un Federico Gamboa. Algo que puede notarse es la influencia de la narrativa norteamericana, y ya no tanto la francesa, tan cara a la literatura mexicana del XIX. Un ejemplo de ello es la descripción de la llegada a un restaurante, que parece un pasaje western, donde Demetrio Macías los espera con un puro entre los labios mientras habla.
En esta pieza, escrita al fragor de las batallas, se vaticinan ya las resoluciones que tendrá la Revolución Mexicana cuando termine. Todavía le faltaban unos cinco años más de combates, traiciones y ajusticiamientos. Así lo dice Luis Cervantes: “Todo, ¿para qué? Para que unos cuantos bribones se enriquezcan y todo quede igual o peor que antes”. Es decir, no hay un futuro promisorio en esa guerra cruenta. Con todo y eso, Los de abajo es una novela que hay que leer.
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