En menos de 10 días, Francisco Garduño Yáñez por fin deja la titularidad del Instituto Nacional de Migración (INM), pero la huella de su paso por dicho cargo seguramente perdurará por mucho tiempo.
Particularmente, en Ciudad Juárez será recordado por estar al frente de la dependencia federal que fue señalada como la responsable de la muerte de 40 migrantes y las lesiones de otros 27 cuando se encontraban detenidos en la Estancia Migratoria del puente Lerdo, durante un incendio.
La cadena de fallas de la institución encargada de atender la política migratoria de México, se coronó con una tragedia de proporciones mayores, ese fatídico 27 de marzo de 2023.
Lo que sucedió ese día quedaría resumido se la siguiente manera: el problema no es siquiera que los empleados del INM o los guardias contratados no tuvieran a la mano las llaves, o que las hallan extraviado, sino que la puerta de la estación donde estaban encerradas esas personas nunca debió cerrarse.

Albergues con cara de cárceles
En el papel, las estaciones migratorias debían servir como albergues y de hecho en cada entrevista que daba el entonces comisionado del INM, se refería a dichos lugares precisamente como “albergues”, cuando la realidad es que servían como prisiones, porque tenían rejas y se les cerraban las puertas con llave a los migrantes que eran llevados ahí.
Lo anterior lo tenía documentado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y precisamente en la recomendación 111VG/2023 del 30 de junio de 2023, se criticaba dicha forma de operación del INM.
“Las estaciones migratorias y estancias provisionales tienen un diseño carcelario, con pasillos, puertas, filtros, barrotes y rejas que cierran por fuera y, en algunos casos, con candado”, decía.
“Son instalaciones que se asemejan a centros penitenciarios, de privación de la libertad, de control y vigilancia, y que refuerzan el paradigma criminal hacia las personas migrantes”, subrayó la CNDH en el documento.
Al encargado de todo ese sistema, Francisco Garduño Yáñez, primera cabeza responsable de la tragedia en Migración, se le eximió de responsabilidad por la muerte de 40 migrantes.
Nunca pisó la cárcel y en lugar de separarlo del cargo, Andrés Manuel López Obrador, el entonces presidente de México, lo mantuvo al frente del INM contra viento y marea, a pesar de que la propia gente afín al sistema, como lo fue Rafael Espino de la Peña, demandaba que se le separara del cargo en lo que se realizaba la investigación.
Jamás fue escuchado el entonces senador y por el contrario, Garduño no solamente recibió la bendición de llevar su proceso en libertad, por el delito de ejercicio indebido del servicio público, sino que se le mantuvo con acceso al control del presupuesto millonario del organismo federal y se le ordenó colaborar en las investigaciones.
Así que continuó con acceso ilimitado a la información del INM y les entregó a las autoridades de la FGR lo que quiso, para que se integraran las carpetas del Ministerio Público.
Cuando Garduño fue entrevistado por Norte Digital mientras acudía a firmar, antes de que terminara la administración de Andrés Manuel López Obrador, dijo en exclusiva que no buscaría continuar en la siguiente administración de Claudia Sheinbaum, sino que se retiraría a descansar y a escribir un libro con sus memorias, donde hablaría de lo que mucho que le había podido enfrentar una tragedia como la de Ciudad Juárez, ya que siempre había sido un derechohumanista.

Las marcas de la tragedia
Subrayó que quedó marcado con esas muertes, pero nunca reconoció algún tipo de responsabilidad, porque según él, qué culpa podría tener si estaba a miles de kilómetros de distancia de esta frontera.
Culpó, eso sí, a los migrantes venezolanos de ser los que incendiaron unas colchonetas, y a los guardias de seguridad que no encontraban las llaves, los calificó de ineficientes.
Un juez exoneró finalmente a Garduño de todo cargo hace unos días, luego que el Gobierno federal indemnizó a la mayoría de las familias de los migrantes acaecidos ese 27 de marzo de 2023.
Las organizaciones de la sociedad civil reclamaron que la reparación fuera hecha por el Gobierno y no por Garduño, pero el argumento fue desestimado por el juez.

Una pandilla de extorsionadores
Pero Garduño también fue señalado por otras presuntas irregularidades, sobre todo la denuncia hecha llegar desde la propia estructura del INM en el estado de Chihuahua, donde señalaron que él mismo tenía una mafia para extorsionar a los migrantes que llegaban a Ciudad Juárez vía aérea. El entonces funcionario negó dicha acusación.
También, Garduño fue señalado por presuntamente haber gastado a manos llenas, solamente para venir a Ciudad Juárez cada dos semanas, un dinero que no era suyo, sino del erario.
Se le acusó de haber dispuesto de casi 40 millones de pesos (recursos federales), nada más para acudir a firmar al Juzgado en Ciudad Juárez, simulando giras de trabajo que no eran tales.
En una semana Garduño dejará el cargo y para quedar “limpio“, solo deberá disculparse públicamente por la muerte de los 40 migrantes.
Dejará la estafeta a Sergio Salomón Céspedes Peregrina, el exgobernador de Puebla, para una nueva era a partir del 1 de mayo próximo.
