Probablemente el nombre no le suene conocido, o tal vez sí, pero Carlo Acutis se ha convertido estos días en tendencia en las redes sociales, por estar a un paso de ser el primer santo de la generación millennial.
Acutis nació en Londres en 1991, pero fue llevado con su familia a Milán, Italia, donde residió sus 15 años de vida, antes de que la leucemia acabara con su existencia.Aunque sus parientes no eran religiosos, fue la influencia de su niñera, la que le acercó a la fe católica.
En su corta vida, Carlo logró convertirse en un prodigio de internet, utilizando sus habilidades para difundir la fe católica y creando un sitio web en el que acumulaba milagros que ocurrían en el mundo entero.
Carlo es reconocido en las redes sociales como “el Influencer de Dios” y se le atribuyen varios prodigios, dos de ellos, son los milagros que ya fueron aceptados por la Iglesia Católica y que lo tienen a un paso de convertirse en santo.
En octubre de 2006, a la edad de 15 años, una leucemia fulminante le quita la vida, pero tras de él se acumuló un legado que promovió la fe, lo cual le llevó a ser beatificado por el Papa Francisco en 2020, en Asís, donde ahora descansan sus restos, en el Santuario de la Expoliación, sitio que se ha vuelto un espacio de permanentes peregrinaciones.
A Carlo se le atribuyen varios milagros, pero el más reciente reconocido por la iglesia y que lo tiene a un paso de la canonización, ocurrió cuando entre el mar de peregrinos que lo visitan en Asís, el 8 de julio de 2022, una mujer, Liliana, de Costa Rica, se arrodilló suplicante, para que intercediera por su hija Valeria, quien había sufrido días antes, el 2 de julio, una caída de su bicicleta que le provocó un muy grave traumatismo craneoencefálico.
Valeria nació en Costa Rica en 2001, pero se traslada a Florencia en 2018 para estudiar moda; el 2 de julio de 2022 cuando viajaba en su bicicleta durante la madrugada sufrió la caída de la que los médicos daban nulas esperanzas de vida, debido al daño cerebral.
Desesperada, la mujer entre rezos y llanto, dejó a Carlo una carta en la que le explicaba el malestar de su hija, quien estudia en Florencia desde el 2018. Desde el día del accidente, la secretaria de Liliana había comenzado a rezarle al beato Acutis, ya que Valeria requería operación de craneotomía, extirpación del hueso occipital derecho para aliviar la presión, aunque su esperanza de supervivencia era casi nula.
Según los testimonios recabados por el Vaticano, el día que Liliana se dirigió a Asís, el 8 de julio, comenzaron las noticias sorprendentes desde el hospital Careggi: la joven Valeria volvió a respirar sin apoyo de aparatos, un día después comenzó a moverse y hablar.
A partir de ese momento, la medicina pasó a segundo plano, la impresionante recuperación de Valeria no daba cabida a explicación científica alguna.
“El 18 de julio, la tomografía computarizada muestra que la hemorragia ha desaparecido y el 11 de agosto la niña es trasladada a terapia de rehabilitación, pero después de sólo una semana está claro que la recuperación completa está a un paso. Y el 2 de septiembre, madre e hija vuelven a Asís, a la tumba de Carlo, para dar las gracias infinitas”, se menciona en una nota emitida por el Vatican News, portal de noticias oficial de la Iglesia Católica.
El Papa ha aprobado en fechas recientes los Decretos que conducirán a la canonización de Carlo Acutis, solo falta que convoque a una reunión de cardenales para que se decida la fecha en la que sea canonizado.
Entre tanto, Valeria, la joven curada gracias a la intercesión que atribuyen al Influencer de Dios, está a punto de graduarse.
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