Contrario al pensamiento que suelen tener muchos empresarios, tanto pequeños como grandes, recurrir a un préstamo no es algo malo. Si bien tener que devolver dinero implica un compromiso importante que debe cumplirse a rajatabla, la financiación externa es clave a la hora de comenzar o ampliar un negocio.
Sin dudas para aquellos que están recién comenzando con sus proyectos, resulta determinante lograr hacerse con los fondos suficientes para lanzar un negocio. Las sumas, por más que se trate de una PYME, suelen ser realmente muy elevadas ya que la puesta en marcha de una empresa implica una enorme lista de gastos entre los cuales destacan compra de inventario, impuestos, alquileres, patentes, y un interminable etcétera.
Ante este panorama, a los emprendedores no les queda más opción que tomar préstamos para llevar sus proyectos a la realidad. Esto permite acceder a dinero fresco que se puede usar para realizar las inversiones necesarias.
Qué tener en cuenta a la hora de tomar un préstamo para una PYME
Hay varios factores que el prestatario debe tener en cuenta para evaluar la factibilidad del crédito. Uno de los más importantes es la tasa de interés a la cual se tomará el dinero. Este será el costo que se deberá pagar mes tras mes y se debe considerar de forma muy precisa a la hora de hacer los cálculos. Esto es muy útil para comparar las diversas opciones que hay en el mercado.
Es común que haya tasas preferenciales o subsidiadas para PYMES. Siempre hay que consultar por estas alternativas de ser posible, ya que suelen ser mucho más económicas y beneficiosas.
Además, es necesario tener en cuenta el monto total de las mensualidades. Esto es algo que viene ya determinado antes de contratar el crédito, ya que conocemos la tasa de interés y los plazos de devolución. Lo que nos permite saber exactamente cuánto vamos a pagar todos los meses.
Es muy importante que estos pagos estén dentro del presupuesto del negocio. Nunca se debe solicitar un préstamo si no se está completamente seguro de que será posible hacer frente a las cuotas todos los meses. Ya que esto podría poner en peligro el normal desarrollo de la empresa.
Por otro lado, se debe tener muy en cuenta las condiciones del crédito. Cada banco o entidad financiera tiene distintos requisitos que exige a los prestatarios antes de que este se acepte. Se debe estar seguro de que se cumplen todos ellos para evitar sorpresas indeseadas.
Por último, es sumamente recomendable planificar al detalle en qué se usará exactamente el dinero obtenido. Este puede dedicarse a la compra de herramientas, ampliación del capital de trabajo, compra de stock o lo que se requiera. Sin embargo, muchas veces el presupuesto sigue siendo limitado, incluso después de la inyección extra de dinero. Por lo que se vuelve imprescindible determinar qué gastos son los más importantes y cuáles pueden diferirse en el tiempo para realizarlos en otro momento.
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