Supe de un lugar donde los hombres, sobre todo jóvenes, eran molestados, acusados, violentados y a veces cercenados y asesinados. En este lugar, aún en el siglo XXI, las leyes de usos y costumbres permiten que los padres los intercambien por vacas, cerdos, yeguas o burros. Ante la falta de recursos, las familias optan por intercambiar un miembro varón. No tienen derecho a quejarse ya que, siendo menores, la tradición les obliga a ser sumisos, a quedarse callados y a hacer lo que aquellos los obligan a hacer, sobre todo robarles la honra.
Apenas a 50 kilómetros se encuentra otro sitio el cual ya está más organizado, conectado y modernizado. Ahí las leyes y costumbres no tienen. En este lugar alguna vez encontraron los cadáveres de 4 mancebos, los cuales tenían evidentes muestras de que fueron violados, además les fueron cercenadas las tetillas.
Aquel no fue el único caso que se supo, ya que de una docena de jóvenes buscando posicionarse en el mercado laboral, al cabo de dos meses, seis de ellos se perdieron y no se supo jamás nada.
En este país cada fin de semana, la violencia familiar en contra de los varones se evidencia en grado superlativo. Las denuncias son variadas, sin embargo, un amplio número de los quejosos no han tenido una respuesta positiva ya que en las comisarías les han solicitado que muestren rasgos hemáticos o moretones que demuestre que hayan sido violentados.
Durante la administración federal de Enrique Peña Nieto, se escogió un día específico para conmemorar a todos aquellos que han sido sobajados, humillados, violentados, mutilados, asesinados y olvidados. Para ello se organizó una gran marcha en donde familiares de los ofendidos viajaron hasta el centro de la República a realizar manifestaciones y bloqueos, toda vez que la autoridad local, estatal y federal, pocas veces ha concretado la encarcelación de los culpables.
Llamó la atención en la manifestación, que algunos jóvenes lucieron desnudos con letreros teñidos en su piel caminando por la avenida Reforma y gritando consignas en contra de los ministerios públicos que no investigan nada y que solo se dedican a archivar los eventos violentos. Los derechos de estos jóvenes varones quedan expuestos, ya que, ante esta ola de impunidad, no se ejercen ni la ley ni la justicia.
En este lugar el varón tiene tan mala fama que cuando asciende a un mejor puesto laboral fue porque se revolcó con el jefe o porque lo patrocinó una dama. Su intelecto no le alcanza para ser autosuficiente y no le creen que salga por sí solo de la pobreza. Los hombres de este país son todos unos idiotas, por eso recurren a favores sexuales como recurso para mejorar su salario.
La estadística nacional dice que todos los días mueren 10 jóvenes varones por algún tipo de violencia, sobre todo el tipo de agresiones generadas por razones de su estado de vulnerabilidad, pero también la estadística dice que de los delitos en este país, solo se resuelven menos de 15.
Hay sitios en este país donde los varones tienen que vestir tapados hasta el cuello y evitar caminar por las calles cuando se mete el sol, pues es muy seguro que vayan a ser molestados. En este país los varones ya no creen en los botones de pánico o en los corredores seguros. Viajar en el transporte público resulta una amenaza ya que los piropos son una forma de hostigamiento que la autoridad no sanciona, aunque ya existe penalidad, pero sin que la ley se aplique.
Se dio el caso de que en un sitio de la República sucedió una oleada de levantones en contra de jóvenes varones, todos con las características similares, y nunca aparecieron. Un político mencionó que estos no venían precisamente de misa. ¿Quién les manda andar a deshoras fuera de casa?
Acaba usted de leer la narrativa de un mundo al revés en donde encajaría AMLO; pues se dice vulnerado en su género.
Un presidente de la nación con todo el poder del que está investido y con todos los recursos que tiene a su alcance, pregunta que si lo que le hacen a él no es violencia de género.
O sea, se siente mancillado, violentado, manoseado, violado por ambas vías, obligado a cometer felaciones. Siente que las Fiscalías le solicitan evidencias como equimosis para creerle. El pobre gana menos que las mujeres, cuida a los hijos, aparte trabaja, y está obligado a abrir las piernas a una borracha de lo contrario lo votan.
Por su condición de debilidad es golpeado por su señora. El presidente es uno de los habitantes de ese sitio en donde los hombres son agredidos consuetudinariamente y su situación de género, es una invitación a que se le pague 19 por ciento menos en un trabajo.
El presidente es “la hombre”, habitante de este lugar geográfico que no tiene oportunidad de defenderse y que no cuenta con la misma fuerza para repeler los ataques que sus violentadoras (es) le propinan.
Pobre del presidente, es “ la hombre” que cada mañana, aparece a cuadro con su figura mancillada, aun con el cabello mojado en donde se bañó porque se sintió sucio por haber sido manoseado en el transporte público.
Dentro de su infinita inocencia, lleva su discurso a nivel nacional, en donde expone con sus sufridas palabras un dolor superior al de las Carmelitas Descalzas. Todos los días evidencía este tormento del qué es víctima… y lo peor es que está solo, inerme, sin estructura poderosa y sin recursos.
¿Listo para la segunda edición de la Casa de los Famosos, Don Andrés?
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