El cuento que descorre hoy el telón de esta columnejilla contiene la palabra “nalgas”. Reconozco que en vez de ese vocablo pude usar un eufemismo: glúteos, ancas, grupa –en uno de sus poemas Ramón López Velarde alude a “la grupa bisiesta”–, antifonario, asentaderas, cachas, posaderas, tafanario o traspuntín, cuando no la cursi y chabacana palabreja “pompis”