Aunque está próxima a cumplir 102 años de existencia, la tradición oral de los vecinos de la colonia Bellavista y sectores aledaños indica que la escuela primaria estatal Benito Juárez 2467 tiene erigida mucho más tiempo.
Así lo comenta su directora, la maestra Nelsy Franco Morales, quien resalta que se trata de una de las escuelas más antiguas de Ciudad Juárez y que sus muros son fieles testigos de la historia de esta frontera.
“Las familias que conocen, cuyos abuelos y bisabuelos anduvieron en la construcción, tienen datos de más antigüedad; que la escuela empezó en vecindades, porque colonias como Bellavista y Barrio Alto estuvieron llenas de vecindades”, relata.

Un edificio centenario que se niega a ceder ante el tiempo
El pasado martes, la centenaria edificación —que conserva la estructura original de inicios del siglo XX— fue sede de la primera entrega de material que realiza el Instituto Chihuahuense de Infraestructura Física Educativa (Ichife) para mantenimiento de escuelas.
Y a pesar de los años que tiene en pie, su estructura sigue firme; sus paredes de adobe están muy bien conservadas y continúa teniendo una importante cantidad de estudiantes.
“La mayor parte es de adobe, una estructura bien hecha, porque aunque esté en deterioro, estamos hablando ya de un siglo, y todavía está muy bien. Claro que tiene sus cuarteaduras…”, comenta la directora.

Solamente las bardas perimetrales que dan hacia las calles Oro y María Martínez, además de seis aulas que están en ese mismo sector, están construidas en bloque de cemento. Todas las demás paredes son de adobe.
Tener el plantel en estas condiciones se ha logrado con el apoyo de los padres de familia, pues, expresa la directora, ellos están muy pendientes de las necesidades de la escuela.
“Colaboran los papás con las cuotas o inscripciones; esa es la aportación, que es un donativo voluntario, como debe ser. Ellos mismos lo fijan, se acuerda en asamblea general a final de ciclo, se somete a votación, porque es la aportación de ellos mismos, con la coordinación de la mesa directiva de padres de familia”, explica.
Además, cada año —asegura la maestra Franco— solicitan apoyo a cuanta instancia pueden para conservar en buen estado el plantel, porque las aportaciones de los padres solamente alcanzan para labores de mantenimiento, no para realizar obras.

“Por lo mismo que el edificio es tan antiguo, en especial el edificio central, que tiene un auditorio muy bonito pero que está en mucho deterioro y todos sabemos que no es económica la rehabilitación, cada año hacemos la gestión para obtener recursos en Municipio, en Ichife, con Rotarios… todos, a ver quién nos apoya”, explica sonriente.
Muy afortunadamente, dice, este año recibieron recursos del programa La Escuela Es Nuestra (LEEN); así, con la buena respuesta de los padres de familia y este apoyo federal, se logró sacar el mantenimiento y parte de la rehabilitación en la infraestructura, principalmente del salón de actos, lo que también beneficia a las aulas que están alrededor.
Entre adobe, memoria y comunidad: la fuerza que mantiene viva a la Benito Juárez
Precisamente, el salón de actos es una de las áreas que más llama la atención. Es amplio y cuenta con un escenario construido como los teatros de principios del siglo pasado, con un gran adorno en su parte superior.
Este año, cuando las intensas lluvias provocaron daños graves en varias escuelas de la ciudad, la Benito Juárez también tuvo afectaciones, pero menores.

“Nosotros tuvimos principalmente daños en mayo y junio pasados. En el verano tuvimos que reparar una tercera parte del techo de las aulas. Todavía teníamos a los alumnos en junio pasado, cuando se tuvo que reparar porque se estaba levantando el papel que tiene; la impermeabilizada ya había dicho adiós”, narra la directora.
Comenta que a inicios del actual ciclo escolar hicieron gestiones para reparar la barda que da a la calle Plata, en la parte posterior de la escuela y que cierra el salón de actos, debido a que estaba muy deteriorada después de alrededor de 30 años sin recibir mantenimiento.
En esa zona, comparte la maestra, hay un pozo para extracción de agua que está inhabilitado desde hace más de 20 años por la Conagua.
A pesar de que muchas escuelas del sector afrontan dificultades por la falta de estudiantes, actualmente la Benito Juárez tiene más de 330 alumnos en 13 grupos.
La mayoría, dice, son hijos o nietos de exalumnos, muchos de los cuales ya viven en zonas más retiradas, pero asisten a esta escuela que está grabada en el corazón de varias generaciones de juarenses.