Hemos visto que los nuevos parámetros de la comunicación solo dependen de tener un móvil o una computadora en donde se suban contenidos, algunos muy malos y otros peores.
Ahora todos estamos al pendiente de lo que hace Karely Ruiz, La Mona o el Babo, tres ilustres personajes de la vida nacional que pueden ser equiparables a Claudia Sheinbaum o Andrés Manuel López Obrador a nivel mediático; el chiste es insistir en los medios como recurso de vigencia, y no ser olvidado ni un solo minuto, como ejemplo está el show de las mañaneras.
Ahora se le ocurrió al presidente hacer una llamada a un señor, para consultarle lo del nuevo decreto del AIFA para llevar “a huevo” hasta allá el tránsito aéreo de carga, lo que no sabe la gente es que este señor estaba en la oficina de al lado, pero sirvió como un evento de propaganda súper efectivo para la “Carabina de AMLOsio de Palacio Nacional”.
Joseph Goebbels, el padre de la propaganda, sabía perfectamente que una mentira repetida mil veces se hacía verdad, él era el amo y señor de la ideología nazi y el principal difusor de las creencias de supremacía. En su momento lo fue Saulo de Tarso para difundir la obra de Jesucristo, sin embargo, hoy en día tenemos propagandistas muy particulares como Ana Elizabeth García Vilchis, a quien de cariño le han puesto decenas de apodos y uno de ellos llama la atención por su conjugación “Vilchismosa”.
Se trata de una dama que pareciera recién iniciada en la comunicación, se equivoca, se tropieza y comete perogrulladas. Intuyo que su experiencia se basa en haberle quitado el micrófono a la Barbie Big City Big Dreams, con el que practicó para usarlo en público.
Pero ahora no solo estos comunicadores son la nueva ola del periodismo y de la información, también son imágenes públicas que ya forman un referente o un ícono en la estructura cultural y simbólica, que transcurre tan rápido, pero así tan rápido, que desaparece en momentos, pero aparece otra vez, en una especie de autopoiesis.
Ahora nos encontramos con un personaje nefasto que hace entrevistas atisbado de groserías y de palabras que favorecen al populacho, pero nada aportan al enriquecimiento cultural y mucho menos a la difusión del buen español, el asunto de fondo es hacerse popular, ganar likes, hacer lana, enriquecerse y aparecer en las portadas. Eso le hará ganar más dinero, mucho dinero, no importa que su integridad, dignidad y su mala fama queden a la altura de la fosa séptica: “Francia bien vale la pena una misa”.
Así vemos que la lengua española (entre otras cosas) poco a poco se va a desquebrajado con acentos regionalistas y extranjeros como el acento de Adán Augusto López o el de Bad Bunny o el del mismo presidente de la República, en donde se roban las letras y pareciera ser, que esta cartilla de identidad sonora, les da más prestigio y estilo.
Les decía que a estos personajes que destruyen el castellano, el periodismo y la imagen de la información, se le suma el escorpión dorado, quién parece Vicente Fox con máscara (diciendo barbaridades), aventando ráfagas de preguntas a modo, para que los entrevistados no piensen mucho y vomiten otra respuesta del mismo cariz al nivel de la pregunta.
El escorpión (con minúscula, la mayúscula aún no se la merece) ahora no solo entrevista a personalidades de la farándula, es grato ver en su camioneta a Claudia, la dueña y señora de la propaganda que pulula por toda la República con su eslogan “#escaludia”. Digo que es grato, porque está el canasto para el garrero.
Como decía, las preguntas están al nivel de las respuestas, con ello se crea un pacto auditivo y visual entre los seguidores del enmascarado y los morenistas “caludialovers”, eso significa altos niveles de audiencia, no hay desperdicio.
Aquello fue como ver a Carmelita Salinas en su papel en Bellas de Noche. No se ofendan, no hablo de su papel de fichera ni la estoy comparando con Claudia, lo digo con respeto a Doña Carmen, hablo del nivel de intelecto con el que estas entrevistas se preparan, las cuales alcanzan un símil a las películas de ficheras, en donde el receptor principal no era precisamente Octavio Paz.
Destruyendo el lenguaje: En una visita a Chihuahua, EPN saludó a los okinawenses. Se refería a los habitantes de Ojinaga.
*Los comentarios del autor son responsabilidad suya y no necesariamente reflejan la visión del medio.