La bomba de tiempoque se esconde en el patio trasero de Ciudad Juárez
Cerca de tres millones de llantas de desecho tiradas en el “confinamiento” de la localidad, representan un serio problema que puede conducirnos hacia una catástrofe ambiental
José Estrada / Francisco Luján | 3 junio, 2025
Es un lugar recóndito, prácticamente inaccesible para la ciudadanía en general. Ahí solamente llegan las moscas, algunos animales del desierto y los camiones de basura que recogen los desechos de toda la ciudad.
A un costado del predio identificado como Relleno Sanitario, sitio que utiliza el Gobierno Municipal para desechar las toneladas de basura que se producen diariamente en la localidad, hay un lugar que se levanta como un potencial riesgo para la vida de los juarenses.
Se trata del confinamiento municipal de llantas, mismo que se erige como una alternativa ambiental para disminuir la contaminación que genera este tipo de desechos que pululan por todas las calles de la ciudad.
No obstante, en el punto, pareciera que se cocina una catástrofe ambiental, porque el confinamiento, otrora ordenado, pasó a convertirse en un tiradero en el que a diario se arrojan cientos y hasta miles de neumáticos y que actualmente acumula tres millones de llantas de desecho.
Sin embargo, expertos consultados por Norte Digital, advierten que es necesario tomar acciones que vayan más allá del simple acumulamiento y optar por estrategias que eviten una tragedia ambiental sin precedentes.

El problema que puede “rodarnos” hacia un desastre ambiental
Pese a que la entrada del centro de acopio es por el Relleno Sanitario, cualquiera puede acceder libremente al área de las llantas utilizando el camino de terracería que conduce al lugar. No hay ningún obstáculo, más allá de los propios que impone la desértica zona, para ingresar o salir de este sitio sin mayor problema.
Para el doctor Carlos Rincón, especialista de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), la acumulación de llantas trae consigo dos situaciones de riesgo: la cantidad de insectos y animales que utilizan las llantas como refugio y el potencial altamente inflamable.
Del primer punto, destaca que, desde la agencia que encabeza, han encontrado que, dentro de los neumáticos, principalmente en aquellos que se acumulan en lotes baldíos, se encuentra la presencia de especies de mosquito peligrosas para el humano, como las que contraen el virus del Dengue o del Nilo.
Además, hay especies de roedores y animales rastreros que habilitan sus madrigueras dentro de las llantas, convirtiéndolas en potenciales focos de enfermedad. En el caso del centro de acopio juarense, una parvada de correcaminos encontró en este sitio su hogar.
El combustible que nunca termina de apagarse
Sobre el potencial inflamable, es necesario que primero entendamos la composición química de este tipo de desechos. De acuerdo a estudios de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), una llanta promedio está comnpuesta de un 75 por ciento de caucho, 12 por ciento de acero, 12 por ciento de fibra textil y 1 por ciento de químicos.
El caucho, principal componente de las llantas, es un producto derivado del petróleo, lo que la convierte no solo en un material que puede prenderse en llamas fácilmente, sino uno muy complicado de apagar.
Rincón señala que no se puede utilizar agua ni ningún otro compuesto químico para extinguir el incendio en su totalidad, solo se puede esperar a que las llamas consuman las llantas.
El calor y el combustible que tendría el fuego podría tardar semanas en apagarse completamente. Como ejemplo, recuerda un incendio que se presentó en una empresa recicladora de Atlanta, Georgia, el cual, tardaron aproximadamente 15 días en sofocar.
El potencial de la catástrofe en esta ciudad, con 3 millones de llantas ardiendo a cielo abierto, es inimaginable, sentencia. Sin embargo, el fuego puede ser una de las menores preocupaciones en caso de que una tragedia se presente en el lugar.
Al entrar en contacto con el fuego, compuestos como el caucho, acero o los químicos que se utilizan, generan una serie de gases nocivos altamente tóxicos para el ser humano y el ambiente, generando la formación de compuestos químicos como dióxido de carbono, dióxido de azufre, así como la liberación de mercurio y plomo, directamente al cielo juarense, explica.
El doctor Rincón resalta que dichos gases tóxicos prácticamente serian mortales para todos aquellos que se encuentren alrededor del incendio y su impacto se extendería a lo largo de la cuenca fronteriza.

Como sucedió en recientes incendios dentro del relleno sanitario, los impactos variarían de acuerdo a la zona de la ciudad. Por ejemplo, aquellas personas que vivan en colonias cerca de la avenida Tecnológico, La Cuesta, Ampliación Aeropuerto o el Kilómetro 20, estarían obligados a entrar en una “contingencia ambiental” que prácticamente frenaría la totalidad de las actividades, debido a que el nivel de contaminación seria tal, que podría exponer a la población a enfermedades respiratorias severas, dice el especialista.
Sin embargo, no terminaría aquí y la contingencia probablemente se extendería al resto de la ciudad, El Paso y zonas vecinas, debido a que la nube de gases tóxicos tendría tanto combustible para cubrir de negro los cielos de gran parte de esta franja fronteriza, agrega.
El preludio de un desastre
El 28 de mayo de 2024, medios de comunicación anunciaron que la dirección de Ecología acomodó el 40 por ciento del total de las llantas que se encontraban en el confinamiento.
Lo anterior, para cumplir con la normativa mexicana, en especial con la de la Dirección General de Protección Civil, que establece que, para el acopio de llantas, estas deben de estar separadas en “islas” para que, en caso de que se presente un incidente, pueda controlarse rápidamente y no se extienda todo el lugar en que se realiza el acopio.
Transcurrió casi un año desde entonces y la situación no parece haber cambiado en el interior del confinamiento.
Efectivamente, de un lado se observan las islas-pirámides, grandes formaciones cuadradas de aproximadamente dos metros de altura, en las que las llantas permanecen en perfecto equilibrio, aunque en su interior sobresalen la cantidad de telarañas y la presencia de moscas.
Sin embargo, en la otra mitad del confinamiento, hay montañas de llantas que se extienden a lo largo y ancho, que yacen ahí arrumbadas, tiradas incorrectamente, transgrediendo la normatividad.
Durante un recorrido de Norte Digital se constató que tampoco hay señales de trabajadores o de algún tipo de maquinaria que se esté utilizando para el acomodo reglamentario de los neumáticos.
Un problema que viene del pasado
El especialista de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, Carlos Rincón, recuerda que el problema de la gran acumulación de llantas en Ciudad Juárez comenzó a visibilizarse en la década de los 90, cuando se creó el confinamiento y se logró reunir, en un solo punto, entre 6 y 8 millones de llantas de desecho.
Ives Figueroa, el consultor ambiental que estuvo al frente de la política ambiental del Municipio entre la Administración municipal 2004-2007, recuerda que las soluciones para abatir este problema comenzaron desde el 2000, encabezado por el grupo empresarial Fuentes.
En el inicio del nuevo milenio, el grupo instaló una de las primeras trituradoras de neumáticos a nivel nacional, con la intención de fabricar productos derivados del caucho, que iban desde pequeños granos que se colocan en el césped artificial, pasando por alfombras, suelas y hasta productos más complejos, como vialetones.
Menciona que desde la Administración municipal del 2001-2004, inició un convenio entre el Gobierno Municipal y la empresa Grupo Cementos de Chihuahua, quienes acordaron llevarse una determinada cantidad de llantas para reciclarlas y generar energía eléctrica para sus plantas.
En administraciones posteriores, este convenio fue clave para disminuir paulatinamente la cantidad de neumáticos en el centro de acopio durante los años siguientes, comparte el especialista.
Entre 2004 y 2014, imágenes satelitales del centro de acopio dieron fe de la disminución que se logró, época en la que la cantidad de neumáticos acumulados bajó a menos del millón.
Sin embargo, a partir de 2014, el acumulamiento de llantas creció de forma considerable, año tras año.
El terreno que estaba prácticamente vacío, se llenó casi en su totalidad para 2020 y, tres años después, apenas y se advierten espacios para que los vehículos que dejan las llantas puedan pasar con facilidad.
Actualmente, se encuentran las pirámides que fueron acomodadas por la Administración municipal en turno, así como la otra mitad de llantas que solo fueron arrojadas en el lugar y que solo incrementan el nivel de riesgo en la zona.
El Municipio tiene para enfrentar la problemática
A principios de marzo, el director de Limpia, Gibran Solís, compareció ante la Comisión de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Juárez para exponer lo que la Administración actual hará para atender la problemática del centro de acopio de llantas de desecho.
Ante los ediles, el funcionario dijo que son tres millones de llantas los que mantienen Ciudad Juárez en una situación de riesgo ambiental, situación que obliga a encontrar soluciones, además de reconocer que está considerada como una problemática de atención prioritaria. También aseguró que el alcalde Cruz Pérez Cuéllar está preocupado.
Agregó que asistirían a la ciudad de Guadalajara a una exposición de tecnologías limpias, en busca de alternativas para resolver el problema con la disposición de las llantas.
“Vamos a explorar casos de éxitos que han experimentado otras ciudades o países latinoamericanos en cuanto al aprovechamiento del residuo, para traerlos a Ciudad Juárez”, expresó en su momento Solís.
Durante el proceso de aprobación del presupuesto del Municipio de Juárez en 2023 y 2024, el Cabildo pospuso ejercer una inversión de 40 millones de pesos para la compra de maquinaria que permita el aprovechamiento de las llantas de desecho y evite mermar el acumulamiento y crecimiento del centro de acopio. A la fecha, el proyecto no ha sido cristalizado.
El 2013, las autoridades municipales planearon la instalación de tecnología que vendría de Denver, Colorado, que deshizo un confinamiento de 15 millones de llantas en poco tiempo.
También desde entonces, se esperaba que GCC consumiera 1.5 millones de llantas del confinamiento en sus hornos industriales, pero tampoco se concretó.
Solís insiste en que el alcalde tiene muy presente el proyecto y de ahí deriva el encargo de continuar investigando e integrando conocimiento e información para tener una visión completa de cuánto cuesta el proceso para garantizar no solo la atención del problema, sino también del aprovechamiento sostenible del producto.

La solución que podría convertir el problema en una oportunidad
Ives Figueroa identifica que el centro de acopio de llantas se ha comenzado a llenar debido a dos factores principales: la gran acumulación de llantas desechadas que hay en la ciudad y la falta de soluciones para deshacerse de ellas.
El experto ambiental destaca que, en algún punto entre 2014 y 2017, la empresa que más llantas se llevaba para reciclar, GCC, se dio cuenta que, para realizar el proceso de reciclaje y de generación de energía, podrían utilizar algunos de los residuos que ellos mismos generaban, por lo que la adquisición de llantas ya no fue tan necesaria.
Lo anterior, provocó que el volumen de llantas que sacaban del centro de acopio disminuyera drásticamente. Después de ello, la autoridad local no tuvo otro lugar al qué mandarlas y la cantidad comenzó a aumentar exponencialmente.
Pese a la instalación de la trituradora por parte de la empresa Guma, instalada en febrero de 2023, el propio director de Ecología, César Díaz Gutiérrez, anticipa que se necesitan más soluciones para abatir este problema.
Aunque mencionó que el Gobierno Municipal contempla algunos proyectos adicionales para complementar la instalación de la planta trituradora, destaca que todavía no hay nada en concreto.
En tanto, el escenario catastrófico en el que la cantidad de llantas supere la capacidad de acumulación y procesamiento del centro de acopio, no es tan lejano.
Figueroa reprocha esta situación, asegura que al Gobierno Municipal le ha faltado visión para convertir la problemática de los neumáticos desechados usados en una solución.
Tomando en cuenta la economía circular, que propone utilizar los desechos para convertirlos en productos útiles, sostiene que las llantas desechadas representan una buena oportunidad para crear una industria enfocada a la manufactura de productos sintéticos.
Las posibilidades son infinitas y, aunque puntualiza en que la inversión para este tipo de proyectos es muy elevada, los réditos económicos que se podrían conseguir, son enormes, considerando que también se estaría resolviendo una problemática ambiental.
El especialista es enfático en que el futuro de la economía en las grandes ciudades, está estrechamente ligado a la economía circular y al aprovechamiento de los recursos.
Como ejemplo, resaltan empresas en Estados Unidos, principalmente en el estado de California, que han comenzado a utilizar las llantas como un polímero usado para crear pavimento que reduce el impacto que tiene el paso de los vehículos.
Se trata de una oportunidad que es desperdiciada, una solución que podría poner a la ciudad a la vanguardia, pero que no ha sido vista por quienes tienen el poder de tomar esa decisión, sentencia. (Con información de Francisco Luján)
